Si algo ha distinguido las relaciones exteriores entre España y Venezuela durante este Siglo XXI, es que han sido cíclicas. Diferentes incidentes han marcado el enfriamiento de las mismas y han creado tensión entre este país ibérico y la República Bolivariana de Venezuela.
En otras ocasiones los vínculos diplomáticos han fluido con normalidad. Las relaciones entre Venezuela y los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro han pasado momentos de tensión como momentos y momentos de plena colaboración mutua.
Uno de los eventos más grave de las relaciones entre estos dos países fue cuando el 15 de abril de 2002, el presidente español y presidente de la UE en esos momentos, José María Aznar, respaldó el Golpe de Estado que por menos de 2 días mantuvo a Hugo Chávez fuera del poder en Venezuela. Aznar apoyó al presidente de “facto” Pedro Carmona y le insistió que llevara a Venezuela por el camino de la democracia. Dos días después, Chávez es reinstalado al poder por una revuelta popular. Este incidente creó mucha tensión entre ambos países. Posteriormente, con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en España, las relaciones con Venezuela mejoraron notablemente. El comercio se incrementó, hasta el punto que Venezuela llegó a comprar barcos y equipo militar a España.
En la XVII Cumbre de Jefes de Estado, celebrada en Santiago de Chile, mientras el Jefe de Gobierno de España Luis Rodríguez Zapatero, se dirigía al plenario de la reunión, el presidente de Venezuela interrumpía, llamando fascista al pasado presidente español José María Aznar, el Rey español Juan Carlos I, en un gesto poco común de un monarca, le espetó a Chávez la frase, ¿Por qué no te callas? Ese incidente enfrió las relaciones entre ambos países. Luego, el presidente de Venezuela Hugo Chávez, anunció que tomaría medidas contra las empresas españolas presentes en Venezuela. Las tensiones entre ambos países continuaron hasta que Chávez visitó España en año 2008, se reunió con el rey Juan Carlos I, y comenzó un período de distensión.
Nuevamente (2010) las relaciones diplomáticas alcanzaron el nivel de tensión porque supuestamente Chávez apoyaba a los Vascos, a la FARC y a Hezbolá. El pasado 15 de abril, el parlamento español hizo un llamado a Venezuela para que fueran liberados cuatro prisioneros opositores al régimen de Maduro que enfrentan juicios criminales por exhortar a la violencia y otros crímenes. El gobierno venezolano reaccionó a esta resolución, rechazando de plano la ingerencia española en asuntos venezolanos. Señaló que este pronunciamiento en nada contribuye a unas relaciones bilaterales. Maduro lanzó fuertes ataques verbales contra el gobierno de Madrid, recordándole que ya no estamos en tiempos del imperio español en América y le pidió al Jefe de Gobierno de España que atendiera su propia casa, la cual económica y socialmente pasa por una crisis. Luego lo llamó al Jefe de racista.
La Ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, recordó a España que las relaciones bilaterales tendrían que ser de respeto mutuo. Luego de llamar a la Cancillería al Embajador español en Venezuela, la Ministro de Relaciones Exteriores Dercy Rodríguez, le informó que el gobierno de Venezuela revisaría las relaciones con España. También se le entregó un dossier que contenía una lista de las agresiones españolas contra Venezuela. Se le hizo saber que “Rajoy” ha traspasado las fronteras con su ingerencia en asuntos venezolanos. La Ministra de Exteriores informó que Venezuela conduciría sus relaciones en un marco de respeto mutuo de acuerdo a las convenciones internacionales de derecho internacional.
Las relaciones no han mejorado especialmente después que el expresidentes de España Felipe González, anunció que iría a Caracas para asumir la defensa de los prisioneros disidentes y criminales Leopoldo López y Antonio Ledesma. La Asamblea Nacional de Venezuela declaró a Felipe González como persona no grata. Maduro acusó al gobierno de Rajoy de estar detrás de una conspiración para darle un golpe de estado.
Luego, España llamó a consultas a su Embajador en Venezuela. En un comunicado de prensa el Jefe de estado español señaló que la acusación de terrorista de su gobierno, es ofensiva, particularmente cuando España ha recibido múltiples ataques terroristas. Horas después de haber llegado a Madrid, el Embajador español de España en Venezuela, se le ordenó regresar a Caracas. El Embajador fue instruido a protestar ante el gobierno de Maduro, por el aumento de tono de las acusaciones contra el gobierno español y por las calumnias e injurias contra España.