El Metro de la Revolución Egipcia: Un Recorrido Hasta el Trayecto Actual (segunda parte)

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Junta Militar de Gobierno: De Estación Subterránea a Estación Central

Nota: Este artículo de fondo sobre la revolución egipcia es de seis partes, escrito por nuestro corresponsal en el Medio Oriente, Ricardo Izabá. Esperamos que lo disfruten, compartan y comenten.

Cuando la Plaza Tahrir comenzó a abarrotarse de gente a fines de enero de 2011, Mubarak lanzó a la policía contra las manifestaciones pacíficas y luego infiltró agentes vestidos de civiles para causar disturbios. Esto dejó un resultado de sobre 800 muertes en todo el país en un período de 18 días.

El pueblo reclamó la presencia militar en las manifestaciones para controlar a la policía y así sucedió. Los militares “imparciales” llegaron a proteger al pueblo de los abusos de la policía mientras la población exclamaba “el ejército y el pueblo somos uno”.

El 12 de febrero de 2011, el gobierno de Mubarak transfirió el poder a la Junta Militar y así dejó al descubierto la verdadera estructura de control en el país. Con esto acabó la larga incertidumbre sobre quién substituiría Mubarak. La primera dama había impulsado desde siempre la posibilidad de una dinastía, pero su hijo Gamal no era militar, por tanto a los militares no les entusiasmaba esta idea. En consecuencia, la revolución sirvió a los militares para dejar a un lado, al menos de momento, la posibilidad de que Egipto sea gobernado por un civil.

Y la luna de miel entre la junta militar y la población duró poco. Desde que los militares asumieron  directamente el poder, cerca de 12 mil personas han sido encarceladas y procesadas a puerta cerrada en tribunales militares.

Semanas antes a que comenzasen las elecciones parlamentarias en diciembre del año pasado, la junta militar decidió alargar su supuesto rol de gobierno de transición y aplazó las elecciones presidenciales hasta 2013. A esto añadieron dos cosas, por un lado, que el nuevo parlamento no tiene la potestad de revisar ni cambiar el presupuesto militar, por otro, el parlamento debe elegir a un grupo de 100 personas encargadas de la redacción de la nueva constitución; sin embargo, la junta militar se guarda el derecho al veto. Es decir, si en la constitución hubiese algún artículo con el que los militares no están de acuerdo, ellos podrán suprimirlo. Tal abuso de atribuciones, causó movilizaciones que dejaron decenas de muertos en todo el país. Hasta la fecha, la junta militar ha adelantado las elecciones presidenciales para fines de mayo, pero el ejército sigue manteniendo la posición de que su presupuesto es intocable y que tienen la potestad para eliminar cualquier aspecto de la constitución que confluya con sus intereses.

Noches antes del primer aniversario de la revolución, el mariscal Tantawi, quien fue Ministro de Defensa por 20 años durante el régimen de Mubarak y actual Jefe de la Junta Militar, anunció la ‘eliminación’ de la ley de emergencia. Sin embargo,  añadió que continuará su aplicación en casos de “bandolerismo”, como suelen llamarle a las protestas de los manifestantes.