Puerto Rico y la crisis fiscal: una mirada desde la diáspora boricua

Economia Solidaria

altLa experiencia de la lucha alecciona con mayor rapidez que años enteros de propaganda.”

Lenin

(San Juan, 12:00 p.m.) Puerto Rico atraviesa por una profunda crisis fiscal. Nuestro país es asediado por los grandes intereses de las casas acreditadoras y los fondos buitres de Wall Street, que al igual que han hecho en otras latitudes del mundo, baste mencionar, España, Grecia y Argentina, solo buscan el aumento desmedido de sus ganancias de capital a costa de grandes sacrificios para el pueblo trabajador que incluyen drásticos recortes en servicios sociales, impactando especialmente la educación y la salud.


Para lograr imponer sus inhumanas exigencias, utilizan sus grandes influencias en las estructuras gubernamentales, en los foros judiciales y en los medios de comunicación masiva para garantizar el pago de la deuda inmoral y odiosa sin importarles el deterioro en nuestra calidad de vida, la eliminación  de los derechos laborales conquistados, estableciendo de  facto, la dictadura del capital oligárquico y monopolista sobre el conjunto de la sociedad, mayoritariamente de clase trabajadora y desposeída de recursos financieros para asegurar una subsistencia digna.

Agrupados en Call to Action on Puerto Rico, sectores representativos de la diáspora puertorriqueña en Nueva York hemos hecho claro que la situación por la que atraviesa Puerto Rico, es mucho más que una mera crisis fiscal. Es una crisis del modelo capitalista colonial y de la subordinación política al Congreso de los Estados Unidos donde se nos considera un territorio o posesión, que pertenece a pero no es parte de. Este régimen  colonial  le ha sido impuesto a nuestro país, a raíz de la invasión y ocupación militar de la que fue objeto en el 1898 por parte del ejército de EE UU.

El creciente endeudamiento económico con Wall Street ocurre en el marco de la guerra fría y el bloqueo del gobierno de Washington a Cuba. A Puerto Rico se le presentaba como la vitrina del Caribe, con un falso modelo de desarrollo económico, creando un paraíso fiscal con exenciones contributivas a grandes corporaciones norteamericanas, que generan miles de millones de dólares en ganancias de capital anuales sin pagar impuestos sobre las mismas. Mientras hubo acceso a la emisión de bonos y a tomar prestado, cada vez más altos los intereses y onerosos los acuerdos impuestos por las acreditadoras, el gobierno colonial de Puerto Rico pudo mantener su fachada como modelo para la región del caribe. Pero esto llego a su fin y ahora los egresos resultan ser más altos que los ingresos y por mucho.

Ante la actual crisis fiscal, el gobierno de Puerto Rico hizo un planteamiento inicial de que la deuda es impagable para luego comenzar un entramado proceso de intentar negociar la misma con las casas acreditadoras. Estas por su parte se oponen tenazmente a cualquier proceso de renegociación de dicha deuda e insisten en que se implanten las medidas de austeridad y estricto cumplimiento de los pagos establecidos por ellos.

Muchos puertorriqueños, desde las estructuras gubernamentales, las organizaciones comunitarias, sindicales o religiosas,  que no imaginan otras posibilidades fuera de las relaciones de subordinación política imperio-colonia buscan en el gobierno del Presidente Barack Obama y en el Congreso de Estados Unidos una salvación al problema de la crisis fiscal. Cierto que en el proceso ha sido ampliamente reconocido que nuestra particular situación colonial pone a Puerto Rico en total desventaja para poder enfrentar el futuro de manera creativa, imposibilitado de afianzarse en su propio poder para la toma de decisiones. Pero no hay intenciones políticas claras de romper con esa nulidad histórica.

Los puertorriqueños que buscan presionar al Congreso para que tome medidas para rescatar a Puerto Rico de la crisis fiscal seguramente entienden que este Congreso es claramente dominado por las mismas fuerzas conservadoras que responden a los intereses de Wall Street. Nos preguntamos ¿Por qué insisten en esa única salida?  Esos hermanos conocen que cualquier medida de rescate, estará enmarcada en preservar los intereses de las casas acreditadoras y no los intereses del pueblo puertorriqueño. ¿Es eso lo que quieren para su pueblo?

Ya a estas alturas es inminente y claro que la imposición de una Junta Fiscal Federal vendrá a formar parte de cualquier arreglo que se haga en torno a la reestructuración o rescate fiscal relacionado a dicha deuda. La Junta Federal Fiscal será una entidad con poderes para determinar el manejo de los fondos públicos, los pagos o no pagos de convenios colectivos, asignación o eliminación de asignaciones de fondos a agencias gubernamentales. Todo enmarcado en el mejor servicio para el pago de la deuda a los bonistas.  Será una Junta compuesta por extranjeros con poderes por encima del gobernador,  la legislatura y los tribunales de Puerto Rico. Será la dictadura del capital, marcando un retroceso histórico para nuestro país. Volveremos al Puerto Rico de los años ’30. ¿Están conscientes nuestros hermanos que cabildean en Washington de la responsabilidad histórica que tendrán  que asumir si insisten en ir a esa emboscada que les tienden las casas acreditadoras y los representantes del gran capital?

Call to Action on Puerto Rico / Llamado a la Acción por Puerto Rico y los diferentes grupos que se van organizando sobre bases similares planteamos:

 

1. Que la deuda es impagable

 

2. Que en todo caso son las corporaciones extranjeras que operan en nuestro país las que nos deben, pues en los últimos 20 años se han llevado sobre 600 mil millones de dólares en ganancias de capital, sin tributar por los mismos.

 

3. Que el costo social del aumento en el IVU, reducción de jornada laboral, reducción de servicios de educación y salud al pueblo, eliminación de conquistas laborales, el desmantelamiento del sistema de retiro, entre otras medidas recesivas, impulsadas por las casas acreditadoras van en detrimento de la calidad de vida y del mismo desarrollo estratégico de la economía del país y no sería una solución al problema.

 

4. Que la situación de subordinación política de Puerto Rico como colonia de los Estados Unidos, atraviesa el problema, siendo la Independencia la ficha de desatranque para crear las posibilidades de llegar a una solución beneficiosa para nuestro país.

 

5. Que las propuestas de las instituciones financieras son las mismas que generaron la política neo liberales basadas en el aumento desmedido en las ganancias para los pocos a costa de sacrificio de las grandes mayorías. De este modelo neoliberal ya algunos de nuestros países ahora se han liberado mediante el desarrollo de políticas económicas soberanas que priman el beneficio social colectivo por encima del lucro avaro del capital  corporativo y financiero.

 

6. Que el problema de fondo es el Estatus colonial de Puerto Rico. A ese respecto la resolución de la ONU adoptada el 22 junio de 2015 plantea que: "la condición de subordinación política impide tomar decisiones soberanas para atender los graves problemas económicos, y sociales de Puerto Rico, incluidos el desempleo, la marginalización y la pobreza."

 

Es por eso que  en Call to Action on Puerto Rico, entendemos que este es un momento histórico único que presenta la oportunidad de educar, denunciar y avanzar para lograr la independencia y la justicia social para Puerto Rico y nos esforzamos en concretizar el trabajo iniciado para ampliar y dar continuidad a un plan de lucha escalonado en esa dirección.

 

Nuestra propuesta tiene como eje, la movilización y acción directa del pueblo para el rescate de su soberanía política, la cual a su vez se fundamenta en la justicia social, atacando de raíz los esquemas de corrupción gubernamental y de traición al país que han sido características de los partidos coloniales  (PNP-PPD) al servicio del gran capital extranjero.

 

Sabemos que nuestra propuesta requiere audacia, voluntad, visión y unidad de esfuerzos y en eso vamos trabajando. La invitación es a utilizar todas las fuerzas creativas de nuestra sociedad para romper con el lastre del colonialismo; teniendo como objetivo estratégico dedicar lo mejor de nuestras energías como pueblo para construirnos un nuevo país.

 

 

 

 

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