Erradicación del hambre requiere unos 267 mil millones de dólares

Economia Solidaria

Roma-Cálculos recientes de la FAO indican que erradicar el hambre de forma sostenible hasta 2030 requerirá unos 267 mil millones de dólares anuales, para inversiones en zonas rurales y urbanas y en protección social.

Ese y otros datos fueron publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con el fin de facilitar la lucha contra el hambre y la malnutrición en el mundo.

De acuerdo con el estudio, para que los pobres tengan acceso a alimentos y puedan mejorar sus medios de vida, se estima que de esa cantidad se necesitan 160 dólares anuales por cada persona que vive en la pobreza extrema durante un período de 15 años.

Si no se invierten esos montos, sostiene el texto, en 2030 habrá todavía más de 650 millones de hambrientos de los cerca de 800 millones que hoy existen en el planeta.

Los 267 mil millones de dólares requeridos para la eliminación del hambre equivalen al 0,3 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, y son considerados un precio relativamente pequeño a pagar para acabar con ese mal crónico.

Otros elementos aportados por esas organizaciones de la ONU señalan varias vías que facilitarían la erradicación, o al menos la disminución del hambre, como un aprovechamiento eficiente del agua, un menor uso de plaguicidas, y unos suelos más sanos para incrementar los rendimientos de los agricultores un 80 por ciento como promedio.

De ahí que la FAO, el FIDA y el PMA defienden un enfoque que combina la protección social con inversiones adicionales específicas en el desarrollo rural, la agricultura y las zonas urbanas que beneficiará principalmente a los pobres.

A estas inversiones debe unirse una protección social en forma de transferencias de efectivo, la cual erradicaría el hambre de inmediato y mejoraría la nutrición al permitir a los pobres dietas más variadas y saludables.

El objetivo es combatir también el hambre oculta: las carencias de micronutrientes, incluyendo la ingesta insuficiente de vitaminas, hierro y otros minerales.

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