¿Para qué estudiar?

Cultura

La cultura laboral, el capital y el mercado determinan como trabajamos. Más y más, necesitamos menos para poder conseguir un trabajo que nos garantice el pago de un celular, una renta mínima (un cuarto alquilado) y sobre todo pasarlo bien – una cerveza a las 5pm como momento de socialización. La pregunta es si debemos continuar estudiando, sobre todo títulos universitarios.  La contestación no está clara. Sobre todo, que en ciertos países de la región caribeña, los indicadores de crecimiento no van de la mano con los procesos de educación nacional, sino con la inversión de capital foráneo y las necesidades de éste.

El caso de Puerto Rico en el Caribe es posiblemente una de los más dramáticos.  Aquí con sobre 150 centro de instituciones de educación superior universitaria, no se logra que la población adquiera trabajo en virtud de su preparación.  Por el contrario, el trabajo que se consigue fácil, no requiere grado universitario.  Esto crea una cultura de arrepentimiento (¿por qué invertí tanto en los estudios?) y promueve una cultura de consumo rápido (“con esto es suficiente para vivir”).

En todo caso, las economías controladas por el capital foráneo, generan sus propias representaciones culturales de lo que se necesita y lo que se puede despachar.  Nos parece que el cambio cultural puede dar espacio a otros fenómenos más interesantes, como por ejemplo, promover mayores niveles de culturas de autosuficiencia, solidaridad y consumo limitado.  El problema es que al capital le interés que seamos grandes consumidores. No le interesa que estudiemos.

Ya en el pasado el teórico italiano Tony Negri había trabajado esto, con lo que denominó el intelecto general.  Proceso por el cual, la sabiduría ya no esta en un centro universitario sino socializada masivamente en la calle.  Todos sabemos apretar el botón.

Ante esto, prefiero pensar que vamos a promover una cultura que nos permita ser mejores seres humanos, pero que no nos convierta en máquinas con aprendizajes culturales útiles para el capital y el mercado.