Economías simultaneas

Economia Solidaria

Son muchas, o al menos varias, las economías ignoradas en los discursos sobre ‘el mercado’.  El capitalocentrismo, la discusión única en torno al capitalismo, no reconoce otras formas de vida económica fuera del imaginario mercantil.  Ya sea a favor o en contra, desde estas perspectivas, toda relación económica está regida por el Capital, con mayúsculas. Sin embargo hay otras economías que muy poco, si algo, tienen que ver con ello.  Economías de la amistad, de pasiones, emociones, de solidaridades múltiples.  Desde la lógica mercantil, todo esto puede ser transformado en mercancía, en propiedad privada y de consumo, pero aun así hay dimensiones que son inaprehensibles por Mercado, ese otro ente que, junto al capital, forman las dos caras de un dios omnipresente y potente.

El sistema-mundo capitalista existe a la misma vez que diversas formas económicas que trafican e intercambian cariños, ideas, tiempo, espacio, y otras experiencias humanas.  Estas ‘monedas’ no se calculan de acuerdo a una lógica instrumental, sino que se guía por la brújula de la intuición. Se es mucho más libre y se siente más la existencia en este tipo de economías.  Las mismas coexisten y a veces chocan, otras veces compiten, otras veces se entremezclan e inseminan, con el ‘capitalismo’, pues no existen en un ‘afuera’ totalmente independiente y puro. Tal ‘lugar’ no existe.

Que varios trabajadores organicen ‘cooperativas’ puntuales donde el sueldo de todos se junte y se le otorgue a un solo obrero en esa semana, y luego a otro y a otro, hasta llegar a todos, y comenzar de nuevo, es un ejemplo de solidaridades que producen nuevas practicas económicas, distintas a las que ‘el mercado’ incentiva. Cuando afinamos la mirada comenzamos a des-cubrir distintas economías que llevan existiendo desde hace años. El que busca, encuentra.

No todo está perdido.  Y cuando vemos que muchos comparten la vida, sin competir por cualquier cosa y sin aplastar al otro, la luz entra y revela las, grietas.  De tanto criticar el poder avasallador del capitalismo y el poder del capital, hemos terminado ‘creando’ un monstruo invencible.  Mientras, cuando reconocemos las distintas prácticas económicas nos damos cuenta que no solo antes no era así, sino que hoy tampoco lo es en muchos lugares, espacios, esferas y relaciones. Impulsar estas economías ‘otras’ y, desde ahí, crear nuevos imaginarios y posibilidades de vida, además de criticar y transformar el sistema-mundo capitalista, es fundamental en la creación colectiva de lo común.