Evolución y cambios en la artesanía puertorriqueña

Cultura

Las artesanías puertorriqueñas hoy crecen con la llegada de jóvenes al mundo artesanal, que según la artesana Melissa González traen una fusión de la artesanía ya conocida con la vanguardia de las artes modernas.

La trabajadora de joyería en semillas, higüera y bambú de la ciudad de Toa Alta aseguró que la artesanía en Puerto Rico ha cambiado de manera exponencial en los últimos años, con la transición de artesanos adultos y la llegada de jóvenes.

En festivales como el Festival de la China Dulce en Las Marías, el Festival de la Hamaca en San Sebastián y el Festival de Las Flores en Abonito, ya no se ven solo los clásicos reyes de navidad, ni el quijote tallado, ni las máscaras de vejigantes, ahora vemos bambú con pirograbados, monumentos y estatuillas hechas con latas de aluminio reciclado, madera en relieve pintada he incluso serigrafía con arte digitalizada.

Esta revolución artesanal se abre paso en la cultura puertorriqueña por la manera en que estas nuevas artes retienen eso con lo que el ciudadano común se identifica, pero con un gusto diferente, atractivo e intrigante. Las imágenes taínas en cristal soplado son un ejemplo de cómo ésta evolución mantienen lo conocido y se entrelaza con lo nuevo, lo diferente.

Según el Programa de Desarrollo Artesanal (PDA) de la Compañía de Fomento Industrial (CFI), en los últimos 25 años la artesanía puertorriqueña cobró mayor importancia. Desde que se creó el programa en 1977 por el doctor Walter Murray Chiesa el apoyo recibido por parte de los administradores de la CFI han llevado al programa a contar con 500,000 dólares en incentivos para los artesanos adscritos.

Tanto el PDA como el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) con el Programa de Artes Populares cuentan con más de 1,000 artesanos adscritos a sus proyectos que gozan de beneficios que incluyen talleres de capacitación, becas y acomodo en los diferentes festivales artesanales de la isla.

Uno de los catalíticos que ha ayudado al desarrollo de los jóvenes como artesanos son los proyectos que el ICP desenvuelve en escuelas, comunidades y centros culturales. Según indica la página web de la agencia (ICP), se ofrecen talleres de orientación, demostración y capacitación, y además coordinan con agencias privadas cualquier tipo de estos talleres.

Según González el cambio más importante que ha ocurrido desde sus comienzos como artesana hace diez años es la fusión del trabajo y técnica antigua y moderna. Declaró que dentro de todo lo que hace, cumple su responsabilidad como puertorriqueña: “La gente no sabe identificar un signo taíno, y es mi deber llevar eso a través de la artesanía.” La toalteña concibe que el artesano está haciendo cultura, y que es bueno el auge de estos  jóvenes, porque no solo aprenden de sus raíces sino que la transmiten de nuevos modos.

Melissa González invita al ciudadano a apoyar al artesano comercial en las diferentes fiestas, pues al ser un producto cuya materia prima se consigue en la isla y que se confecciona por manos boricuas, el dinero se queda en la economía puertorriqueña.