El Metro de la Revolución Egipcia: Un Recorrido Hasta el Trayecto Actual (última parte)

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Nota: Este artículo de fondo sobre la revolución egipcia es de seis partes, escrito por nuestro corresponsal en el Medio Oriente, Ricardo Izabá. Esperamos que lo disfruten, compartan y comenten.

Conclusión inconclusa

 

El 21 de febrero de 2012 se inauguró un pequeño tramo de la tercera línea del metro cairota. Se espera que se vayan añadiendo estaciones que comuniquen distintos rincones de esta ciudad que podría ser un país en sí solo. Al igual que el metro, la revolución es un proyecto en construcción y que a veces da la impresión de que se quedará a medias. Pero en Egipto se están dando cambios pese a la resistencia de los militares.

Una democracia no se refleja únicamente en el derecho al voto. Los resultados de las elecciones parlamentarias han mostrado que en condiciones de pobreza y bajo nivel educativo no hace falta un proyecto político mínimamente coherente. Son suficientes la caridad y un discurso religioso que reitera que la única salvación está en Dios y las interpretaciones más conservadoras y retrógradas del Islam. Es así que se comprende por qué los salafistas ganaron sorpresivamente sin propuesta política pero con un discurso religioso que ha calado en un Egipto con 30% de analfabetismo y con pocas nociones de derechos políticos. Distinta es la situación de los Hermanos Musulmanes que cuentan con la afinidad histórica, política y religiosa de los egipcios.

Elecciones “democráticas” pueden ir y venir, pero de no reducirse el poder político y económico de los militares, la implementación de leyes y medidas que signifiquen un verdadero desarrollo del país será limitado.

Sin embargo, los militares no son el único reto que afronta está revolución. La mujer ha participado activamente en ella, pero tal liderazgo no está siendo plasmado en las instituciones políticas, lo cual ha quedado en evidencia en las cuotas de poder de las últimas elecciones. Mucho camino queda para construir una sociedad que reconozca la importancia de la equidad entre hombres y mujeres en todos los espacios.

Finalmente, la posibilidad de expresar libremente el rechazo a las decisiones políticas que toma la junta militar es parte de esta democracia en construcción, y es la línea que se está construyendo a través de manifestaciones antes de llegar a la estación de las elecciones presidenciales. Luego de la revolución las expectativas de la población respecto a mejores condiciones de vida ha subido, ahora los egipcios exigen dignidad, se impacientan, expresan su frustración en un intento de ser reconocidos más allá de la tierra de faraones y otras exotismos occidentales. La revolución y sus procesos no está libre de desaciertos, sin embargo la población egipcia se está dando la oportunidad de tomar un nuevo rumbo a pesar de la resistencia.