PROMESA promete ser anti-democracia, ¿y Lin Manuel lo ignora?

Economia Solidaria

(San Juan, 9:00 a.m.) Más de una persona ha dicho lo mismo, la promesa es mala pero es mejor que nada. Por otro lado muchos sectores en Puerto Rico, poco a poco, se van convenciendo de que promesa es mala y punto. Ayer Lin Manuel Miranda, el actor que hace un show en Broadway que ninguno de nosotros puede pagar, escribió una columna de opinión apoyando la propuesta de ley aprobada en el Comité de Recursos Naturales del Congreso que crearía la junta de control fiscal, mejor conocida como PROMESA. Según el actor, luego de consultar con Nydia Velázquez, Melissa Mark-Viverito, su padre y el espíritu de su abuelo, imagino que esto último es un chiste referente a las creencias religiosas de muchos boricuas, llegó a la conclusión de que la promesa del Congreso es mejor que nada. Casualmente fue la misma conclusión a la que llegó Pedro Pierluisi, el lacayo comisionado residente de la Isla en el Congreso, como a su vez fue la misma postura del congresista Raúl Grijalva, de Arizona, de quien no esperábamos nada de todas maneras.

Otra casualidad de ayer es que el periódico New York Times editorializó su apoyo a promesa utilizando un lenguaje casi idéntico, “Es un mal proyecto”, “ningún gobernador va a reducir el salario de los jóvenes”, eso es lo que dijo Pierluisi en el Comité del Congreso, que ningún gobernador utilizaría el poder de reducir el salario mínimo de los jóvenes. Lo que yo sigo preguntando es que si nadie va a utilizar ese poder entonces, ¿para qué dárselo a los gobernadores? Obviamente es porque lo van a utilizar, luego cuando ya estén a cargo de imponer un proyecto dictatorial como promesa van a decidir que es necesario bajar el salario de los jóvenes para que sigan siendo cada vez más pobres. ¿Alguien se imagina semejante poder en manos de Ricardo Rosselló siendo gobernador? Ya puedo ver los rostros de los amigos de papi, no el mío sino el del heredero porque nosotros no aprendemos y queremos regresar a las monarquías, gozando con una medida como esa.

Por último la preferida de la oligarquía local, Hilary Clinton, la que mandó al esposo a beber medalla en Puerto Rico también dijo lo mismo. No es una buena ley pero es mejor que nada. Aquí parece que la imaginación se le acabó a todo el mundo, ¿o será que la oligarquía local, lacaya y traidora ya se alineó con la oligarquía imperial y llegaron a un acuerdo? Aparentemente el debate ya se acabó, los que cuentan ya dejaron saber su opinión y el héroe nacional proclamado por los medios, Lin Manuel Miranda, la próxima presidenta de los Estados Unidos, Hilary Clinton y los líderes de la diáspora llegaron a una determinación. Interesantemente no cuentan los boricuas de la Isla. No cuentan nuestras voces, no cuentan nuestras objeciones.

Yo no sé ustedes pero por mi esos líderes se pueden quedar por allá reduciendo la identidad a los bacalaitos, la bandera engancha en alguna ventana y dos o tres pasos de salsa. Los líderes de la diáspora nunca tuvieron interés en escucharnos, o en defender nuestros intereses, así como el héroe nacional del show de más de cien dólares tampoco. Hilary no tiene interés nada más que en el bienestar de la oligarquía y para esa nosotros, los de a pie, no contamos. Promesa es mala, es anti-democrática y es inmoral, punto.