La entrevista entre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, en la residencia oficial de Los Pinos, continúa hoy en el centro de la polémica nacional.
En una reciente encuesta de Mitofsky, nueve de cada 10 mexicanos descalificaron ese encuentro, e incluso, llegan a sentir odio contra quien ha desacreditado tanto a los mexicanos.
Para el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, en nada aportó a la nación mexicana y, de ganar Trump la presidencia, afectaría el crecimiento económico de México, Estados Unidos y del mundo.
Según el miembro del gabinete presidencial, los riesgos serían extraterritoriales y comprometería también las estrategias del G20 (19 países industrializados y emergentes más la Unión Europea).
Las medidas contra el libre comercio para la economía nacional que propone Trump implicarían un gran riesgo para mantener un crecimiento sustentable.
Es que el encuentro entre Peña Nieto y Trump desató la incredulidad y la inconformidad entre mexicanos.
Muchos esperaban que se disculpara por las ofensas y los anuncios de 'expulsar de Estados Unidos a los emigrantes', a los cuales califica de violadores y narcotraficantes.
Están los carteles en el Ángel de la Independencia, en la avenida Paseo de la Reforma, de la capital: No te queremos Trump, Nos odias y nosotros te odiamos más, Queremos un muro, pero de amistad entre los dos países.
En el Congreso continúan condenas a ese encuentro. Los principales partidos de oposición Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) no pierden ocasión para fustigar al mandatario.
Exteriorizan en diferentes tribunas su rechazo a la visita del político norteamericano que ocasionó un gran deterioro en los índices de popularidad de Peña Nieto, con apenas el 20 por ciento.
El golpe dejado por Trump se ve a diario, la economía se debilita y el banco central ya tuvo que rebajar de nuevo sus pronósticos de crecimiento.