Vistas orales en los tribunales apelativos, ¿qué impide que se lleven a cabo?

Derechos humanos

altEl sistema judicial de Puerto Rico consiste de tres tribunales: El Tribunal Superior o de Primera Instancia (TPI), el Tribunal Apelativo (TA) y el Tribunal Supremo (TS). El Tribunal Apelativo fue creado en el 1993-94 para reducir la congestión de casos que tenía el TS. Al 30 de junio de 2010, el TS tenía 792 casos pendientes y les tomaba más de seis meses para tan solo decidir si expedían o no un auto.

En el 1994 el gobernador Dr. Pedro Rosselló propuso enmendar la constitución por medio de un referéndum para aumentar el número de jueces de siete a nueve. El pueblo rechazó esa propuesta. Sin embargo, el 5 de noviembre de 2010 se presentó el caso RE-2010-1 solicitando aumentar el número de jueces del TS de siete a nueve. El texto se refería al atraso en el TS y que esa demora judicial tiene un impacto injusto en los seres humanos adversamente afectados. La petición continuaba explicando: “Ni siquiera la creación del Tribunal Apelativo ha podido menguar la congestión del calendario del TS”.

Un estudio realizado por el Profesor David M. Helfeld y publicado en la Revista Jurídica de la Universidad de Puerto Rico en el 2008 concluye de forma incuestionable: “el TS opera con una demora judicial que imposibilita el ideal de impartir justicia”. En otro artículo publicado en la misma revista en el 2008 por el Juez Presidente del TS, Hon. Federico Hernández Denton, éste señala: “La dilación en la emisión de una decisión judicial es pues contraria al concepto mismo de justicia” Y yo añado ¡Bravo, excelente! Pura verborrea judicial. ¡Bajo su presidencia hubo casos que tardaron más de 15 años en resolverse, incluyendo 10 años para llegar al Tribunal de Primera Instancia!

En el 2010, los propios jueces del TS solicitaron a la Asamblea Legislativa que se aumentara mediante ley la composición del TS de siete a nueve jueces y que se asignaran los fondos para su funcionamiento. Se opusieron a esa legislación el Hon. Presidente Federico Hernández Denton, la Hon. Jueza Liana Fiol Matta y la Hon. Jueza Anabel Rodríguez Rodríguez. Aun así, se aprobó la ley y se nombraron dos jueces adicionales. El Juez Presidente, Hon. Hernández Denton emitió estas palabras proféticas: “Hoy, 5 de noviembre de 2010, se escribe un capítulo muy triste en la historia de esta centenaria institución. Tomará más de una generación de jueces restablecer su prestigio y volver a ganar la confianza del país”. En los últimos seis años ¿se ha restablecido en algo el prestigio y confianza del pueblo en el TS?

Se suponía que con la creación del Tribunal Apelativo y el aumento en el número de los jueces del TS, los dos tribunales pudieran llevar a cabo vistas orales en aquellas materias de las cuales no tienen conocimientos propios y que actuaran como lo hacen la mayoría de las jurisdicciones de Estados Unidos. Esto no ha sucedido, pues en muy contadas ocasiones estos dos tribunales conducen vistas orales, como si ellos dominaran todas las materias del saber humano, incluyendo las científicas, y fuera innecesario conducir esas vistas. Precisamente el 13 de enero de 2016 el Tribunal Supremo de Estados Unidos condujo unas vistas orales con relación al status político de Puerto Rico en el caso Sánchez Valle v Pueblo de Puerto Rico.

La Hon. Jueza Liana Fiol Matta presentó el 31 de diciembre de 2015, a un mes de su retiro, “El plan del Supremo”. Indicó la Hon. Presidenta saliente: “Este Plan Estratégico para los años 2016-2019 que proponemos es producto de una introspección, de una mirada autocrítica sobre cómo hacemos las cosas, por lo que no debe sorprender que las metas y estrategias se centren en que nuestras actividades administrativas y operacionales sean simples, para que sean mejor coordinadas, más ágiles, cabales, transparentes y responsivas a las necesidades del pueblo”. A mi entender su plan llegó a destiempo.

Nadie puede descartar el que pudieran repetirse las palabras proféticas del Ex Presidente del Tribunal Supremo, Hon. Hernández Denton, si vuelven a tener noticias tristes que atrasen más el restablecer su prestigio y confianza en el país.