La policía de Puerto Rico se encuentra, desde hace ya dos años bajo un predicado muy complejo de imputaciones de abuso de poder y autoridad. Esto ha producido varios informes, entre otros del gobierno federal, de la organizaciones de los EE.UU y de el Colegio de Abogados de Puerto Rico. Lo curioso es que esto no se piensa desde una mirada de la impunidad de estado. Cambiar ese paradigma sería muy útil para rectificar la policía de Puerto Rico, como a su vez varios cuerpos policiacos de la región Caribeña.
Ahora bien, lo único que se puede vislumbrar es continuar con un proceso de educación en torno a los derechos de los dominicanos, personas legalmente residentes o no, que viven en Puerto Rico. De igual forma hay que educar a la policía a cumplir correctamente con la ley. Si esto se logra, entonces podríamos estar con-viviendo en un país de forma más armónica y tolerante. Mientras no se logre, la situación continuara empeorando para todos en esta parte del Caribe.