¡Prohibido matar a los ricos!

Justicia Social

En mi país hay una regla muy peculiar: se prohíbe asesinar a las personas de clases social alta, es decir a los ricos. Esta regla no está escrita en ningún sitio. Nadie la comenta. No obstante, cuando lamentablemente es asesinada una persona de un perfil socio-económico superior a su agresor, surgen entonces las críticas y reacciones de mano dura, y sobre todo de llamados a hacer justicia rápida y contundente. En fin, se asusta cualquiera, no sólo por la agresión física que condujo a la muerte de un ser humano. Se asusta uno también por la reacción de los que sobreviven al muerto – sobre todo porque su poder de clase es capaz de provocar una oleada represiva que no es comúnmente aceptable.

A la muerte de un joven puertorriqueño, de padre holandés y madre puertorriqueña, se ha creado un gran furor sobre su muerte. Arrestados ya los dos que participaron en el asesinato, se enfrentan ambos a la pena de muerte. Una de las madres convoca a una marcha; otros participantes de las reacciones sociales a la muerte del joven convocan ahora a participar en la marcha en contra de la indignación, y a favor de la paz.

 

Subyace en toda esta situación una compleja lectura de la lucha de las clases sociales en Puerto Rico. Donde en apariencia, mientras no se asesinen a personas de la clase social alta, los ricos, nadie se queja del resto de los asesinados. En un país donde en el año 2011 fueron asesinada 1,136 personas, a una tasa de 32 asesinatos por 100 mil habitantes, pocas marchas se realizaron para celebrar a uno solo de estos muertos. Ahora, en el 2012, en una tendencia que marca de forma diferenciada la del año anterior, con un leve declive, se convoca a una marcha para repudiar la violencia. De tener una mirada un tanto distinta, deberíamos vivir en una marcha permanente.

Lamentablemente, sea aquí o en México, Jamaica o Trinidad y Tobago, la respuesta a la muerte esta muy matizada por el perfil de clase del muerto. El perfil de clase del agresor, pasa desapercibido casi siempre. ¡Prohibido matar a persona alguna!