Hoy es un día de celebración nacional en Puerto Rico. No así en el resto del Caribe (bueno, salvo las Islas Vírgenes de los EE.UU.). Hoy se celebra la independencia de los EE.UU. Aunque, es importante destacar, que nadie le pone atención a dicho evento en esta parte del Caribe. Hoy es el día más concurrido a la playa de todo el año en Puerto Rico. Familias enteras, abuelos y abuelas incluidos, salen con calderos, neveras de hielo, música y sobre todo alcohol, para conmemorar su día nacional de la playa.
Para una isla-nación que vive su eterno dilema en cuanto a su relación no simple con los EE.UU, celebrar el día de la independencia de su estado protector, debería ser una obligación nacional. Más no es así. La gente común, las de a pie, esas que sienten y padecen como los mortales, y muchas de ellas viven y dependen de los fondos federales que provienen de Washington, también irán a la playa mañana. Hace tiempo que los pro-EE.UU, en particular el Partido Nuevo Progresista, hoy en el poder político de la isla, dejaron de celebrar esta fiesta. A parte del ridículo, tal parece que nadie asistía.
Para los que promovemos la separación de Puerto Rico de los EE.UU, y sobre todo su desarrollo como soberano, este día es uno de compleja celebración. Esto lo digo pues la independencia de toda nación, es un evento a celebrarse. Pero en ausencia de un día nacional puertorriqueño, es más fácil irse a la playa con el resto del país.
Llegará un día que nosotros tengamos también un 4 de julio. Cuando eso pase, iremos a la playa en la mañana, y al caer la tarde (cuando haya bajado el sol) realizaremos los actos protocolares necesarios.