Basura tecnológica de países desarrollados infecta la sangre africana

Salud
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Madrid, 18 sep (PL) La sangre de los inmigrantes africanos que arriban a Europa está contaminada con metales tóxicos por la basura tecnológica enviada a ese continente por países desarrollados, denunció hoy un estudio de la revista Environmental Pollution.

Según sus autores, la sangre de los viajeros frecuentemente contiene restos de vanadio a niveles desconocidos en occidente y trazas de cobalto, arsénico o níquel.

Para esa afirmación, los científicos analizaron la sangre de 245 inmigrantes de 16 países africanos, quienes colaboraron voluntariamente con esta investigación en los dos meses siguientes a su llegada a Islas Canarias, España.

El reporte informó que la muestra estaba constituida en su mayoría por hombres (203 frente a 42), de entre 15 y 45 años, y con aparente buena salud. Los análisis de laboratorio detectaron que tres elementos concretos (aluminio, arsénico y vanadio) estaban en la sangre del ciento por ciento de los sujetos del estudio, independientemente de su país de procedencia.

Mientras, otros metales, como el cromo, el mercurio y el plomo, podían encontrarse en más del 90 por ciento de los casos, agregó el reporte científico.

Los autores del trabajo puntualizaron que el aluminio es el elemento con concentraciones más elevadas en la sangre de estos jóvenes africanos.

Ese material estaba presente en sus cuerpos a niveles 10 o 15 veces superiores a los de países desarrollados, posiblemente porque compone la mayoría de los utensilios de cocina del continente africano, explicaron.

El segundo elemento de mayor incidencia es el plomo, encontrado en la mitad de los candidatos, con trazas muy superiores en comparación con Estados Unidos, Japón o Europa.

De acuerdo con los científicos, eso tiene que ver con la falta de control de las cañerías de plomo y las pinturas obsoletas.

El resto de los metales examinados en el estudio podrían asociarse a los componentes de móviles, ordenadores, tabletas, circuitos de electrodomésticos y están en la sangre de los africanos a niveles comparables a los de cualquier país del primer mundo, con la salvedad del vanadio, hallado en dosis muy superiores.

Sin embargo, los autores resaltaron que la penetración de esas tecnologías en el continente es muy inferior a la de Norteamérica, la Unión Europea o Japón.

Para los académicos, la posible causa de esa situación es que el 80 por ciento de la basura tecnológica que genera el primer mundo se envía a África, tanto para abastecer el comercio de estos productos con modelos de segunda mano, muchas veces obsoletos y de vida muy corta, como para nutrir cadenas de reciclaje ilegales.

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