Lecciones de diálogo social en tiempos de crisis

Economia Solidaria

Ginebra – Los acuerdos entre trabajadores, empleadores y gobiernos pueden contribuir a acelerar el proceso de recuperación de la crisis. Mientras que diversos países europeos emprenden la tarea, cada vez más compleja, de reformar el mercado laboral, revisar las experiencias de diálogo social puede aportar algunas ideas.En tiempos de crisis, aún los sistemas de relaciones laborales bien sólidos están sujetos a presiones.

Las experiencias pasadas demuestran que los gobiernos no pueden de por sí solos abordar las causas y consecuencias de la crisis ni garantizar la estabilidad social y la recuperación.

En cambio, cuando los sindicatos y las organizaciones de empleadores participan en las discusiones, estos desafíos son mucho más fáciles de enfrentar.

Como declaró el Director General de la OIT, Juan Somavia, en la Conferencia Internacional del Trabajo del mes pasado: “Es precisamente mediante el diálogo social que podemos salir de crisis, a través de inversiones productivas en empresas sostenibles que pueden incrementar el número de empleos, la demanda de los consumidores y los ingresos fiscales”.

A continuación presentamos algunas experiencias exitosas de diálogo social a nivel nacional, que muestran la importancia de los sistemas de relaciones laborales sólidos en períodos turbulentos.

 

Respuestas rápidas a la crisis

En los Países Bajos, la práctica consolidada de diálogo social nacional permanente permitió que los socios tripartitos – gobiernos, sindicatos y organizaciones de empleadores – respondieran a la actual crisis en su fase inicial.

Cuando la crisis se agudizó en 2009, el Gobierno instituyó un equipo tripartito específico para la crisis. El equipo se ocupó de asuntos urgentes, como prevenir los despidos masivos y mantener el poder adquisitivo de la población trabajadora, así como de ofrecer oportunidades de formación a los trabajadores que habían perdido sus empleos.

El equipo logró además un acuerdo tripartito sobre la promoción del empleo a través de la formación, la flexiguridad (un equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad en relación al empleo, el ingreso y la protección social) y la limitación de los gastos de las empresas.

Este acuerdo fue posible sólo después de que los sindicatos se comprometieran a mantener las reivindicaciones salariales por debajo de la tasa de inflación, y que los empleadores aceptaran no llevar la edad de jubilación de 65 a 67 años.

Un compromiso a favor del trabajo decente

En Chile, los interlocutores sociales llagaron a un acuerdo nacional tripartito sobre trabajo decente en mayo 2009. El acuerdo, que fue adoptado como ley tres semanas más tarde, comprendía un número de medidas sobre empleo, formación y protección social.

La ley, vigente por un período de 12 meses, tenía el objetivo de facilitar el mantenimiento de los trabajadores en el empleo, mejorar las competencias de los trabajadores, proteger a las personas desempleadas y ayudarlas a encontrar un nuevo empleo, incrementar el gasto público en infraestructura, y apoyar a las empresas a través de medidas de desgravación fiscal y de acceso a créditos y garantías.

La ley incluía además un programa de becas dirigido a las mujeres. La velocidad con la cual fueron adoptadas y comenzaron a ser implementadas todas estas medidas ha sido atribuida al rápido consenso entre el Gobierno de Chile, los trabajadores y los empleadores.

 

Reuniones tripartitas

Los socios tripartitos en Sudáfrica se reunieron para discutir sobre los desafíos generados por la crisis económica mundial en diciembre 2008.

El proceso de consulta dio lugar al lanzamiento de un “Marco para la respuesta de Sudáfrica a la crisis económica internacional”, en febrero 2009. Este marco de acuerdo identificó seis áreas clave para la acción: inversiones en infraestructuras públicas, políticas macroeconómicas, políticas industriales y comerciales, medidas sociales y del empleo, coordinación global y cooperación social.

Uno de los principios fundamentales del Marco es el compromiso para crear empleos decentes, ya que las partes signatarias acordaron “garantizar el pleno respeto y el cumplimiento de las normas del trabajo equitativas y de la legislación nacional, en respuesta a la crisis”.

Acuerdos similares fueron concertados en Armenia, República Dominicana y la República de Corea.

 

Reuniones tripartitas

En Alemania, el gobierno convocó una conferencia tripartita en diciembre 2008 con miras a discutir el impacto de la crisis en la economía nacional y elaborar el segundo paquete de medidas de estímulo.

La conferencia ofreció a los interlocutores sociales la oportunidad de examinar las propuestas del gobierno y de presentar sus contrapropuestas. El resultado de este intercambio de opiniones fue tomado en consideración en las medidas implementadas en enero de 2009.

Un enfoque similar fue adoptado por Brasil, la República Checa, India, Nigeria y Turquía. Los ejemplos ilustran cómo un acuerdo entre los actores sociales puede impulsar la recuperación del mercado laboral y del empleo.