The greatest showman o la necesidad de tener héroes multiculturales

Cine caribe

altMe encantó. Me hizo reír, me hico seguir de pie, y sobre todo me hizo llorar de emoción. The greatest showman (Dir. Michael Gracey, EE.UU., 2017) es una linda película para el cierre de las navidades y las campañas publicitarias en torno a la familia, los valores y sobre todas la cosas la felicidad. Ojo, que son campañas mediáticas de las grandes compañías de producción de cine de Hollywood. Lo interesante es cuando los intereses de esas compañías coinciden con nuestros intereses.

El valor de esta película no es meramente contar la historia de P.T. Barnum (Hugh Jackman), hombre de origen humilde que desarrolló un ángulo de la industria de entretenimiento en los EE.UU. Es historia de la vida de él, junto a un reparto de primera en su esposa Charity Barnum (Michelle Williams), su contra parte teatral en Phillip Carlyle (Zac Efron) y un contra punto sentimental en Anne Wheeler (Zendaya)

La historia de P T Barnum es felizmente recreada en esta película. El, sin lugar a dudas un hombre del Siglo 19, en plena teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin, se inventó un museo de las especies excéntricas o freaks. Así las cosas, vivió de ellos por mucho tiempo. No está claro en su biografía si fue un buen hombre, solidario y generoso. Fue un hombre que supo hacer mucho dinero con el espectáculo.

Ahora bien, la película, un musical muy bien hilvanado, presenta a un hombre de negocios que fue humano con las personas que incorporó a su cine. Es, en este sentido la película, un homenaje a la multiculturalidad. Esto pese a que en la vida real, los afroamericano no estaban autorizados a entrar al museo, y luego circo, de Barnum. Asunto que él nunca objetó.

Dicho lo anterior. Vean la película por tantas y tantas razones diversas. Una de ellas, por la actuación magistral de Hugh Jackman. Excelente. Otra, por la calidad del musical. Y otra, aunque podría ser un dato falso, por el sentido de comunidad multicultural. ¡Al cine!