En el trajín de los discursos de lo social y político en Puerto Rico hay que comenzar a reconocer que las cosas han cambiado. Por muchos años se había hablado de un inmovilismo de las izquierdas, el cual nos tenía sin dirección política. No obstante, en los últimos años, se han dado una serie de cambios, tanto en la practica social como política, dando paso a la emergencia de una serie de proyectos políticos novedosos, genuinos y sobre todo simpáticos a la población indecisa en cuanto a los partidos políticos de mayoría.
Es así como en los últimos dos años se han dado a la tarea de desarrollar e inscribir nuevas colectividades políticas tales como el Movimiento Unión Soberanista (MUS), el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), y la re-emergencia del Partido de Puertorriqueños por Puerto Rico (PPR). Todos ellos de una forma u otra les vincula lo siguiente: un sentido genuino de mejorar el país; una visión de la lucha de clases – con distintos acentos y matices; y sobre todo una visión en cuanto al desarrollo soberano del país – de igual forma con distintos acentos y matices.
Para el resto del Caribe a lo mejor esto no es novedoso. Para nosotros si lo es. En particular porque destaca el deseo de mucha gente de hacer política – de hacerse políticos y políticas. Esto nos permite pensar que nuestras pequeñas actividades sociales, pueden permitirnos intervenir en el quehacer nacional, y sobre todo aspirar a transformarlo.
Me parece que en el caso de Puerto Rico, a pesar de todas las crisis, incluyendo la de la criminalidad, se da una pequeña apertura a realizar nuevas formas de lo político, donde participen nuevos actores. De esto trata el debate. De hacernos políticos de forma novedosa en el Siglo 21.