Sigo pensando que la situación no está fácil. Que hoy el gobernador ante la liberación de un presunto delincuente, erróneamente encarcelado por los federales del gobierno de Washington en Puerto Rico, alegó que ese error no impide que se prosiga con su referéndum del 19 de agosto. Alegó que se trata de un error subsanable – confundir la identidad de un asesino con la de un ser humano inocente. Lo curioso del asunto, y de lo cual no habló el gobernador, es que el error pudo haber llevado a un hombre ante la muerte como sentencia solicitada en este caso por los fiscales federales.
Estamos hablando de los derechos de los ciudadanos los cuales cada vez más están siendo abusados y limitados por el actual gobierno de turno. No nos podemos olvidar, que el presente gobierno desde el comienzo ha asumido una línea dura contra los movimientos sociales, la clase obrera, los pobres, los negros y más recientemente los llamados “delincuentes”. Todas estas categorías sociales versan sobre el concepto de ciudadanía. Desde esta mirada, lo que se juega aquí es la reducción sistemática de los derechos de aquellos y aquellas que depositamos nuestra confianza en el proyecto de país/colonial, con el cual hemos vivido.
En la actualidad, los errores cometidos en las pasadas 48 horas por las agencias de seguridad, dan paso a pensar que nada está seguro dentro de la lógica de los proyectos del estado. A todos y todas que estamos en la lucha por más derechos de la ciudadanía, lo que resta es seguir mostrando que atravesamos por un momento muy difícil, donde se confunden los problemas sociales reales, con los problemas de la criminalidad (reales o inventados y manipulados) por la prensa dominante, el estado y sobre todo la propia policía.
Lo único que resta, tal vez, es elevar la crisis social y política a nivel internacional para ver si hay alguna reacción urgente.