Mandela en mi memoria

Política

Soy uno de los pocos caribeños, aunque habíamos muchos, que asistió a ese glorioso día del 10 de mayo de 1994, cuando Nelson R. Mandela juramentó como el primer presidente de una África del Sur democrática. Esto fue un hecho monumental: los últimos esclavos del planeta, formalmente hablando y por vía de legislación discriminatoria, se habían liberado. Sus palabras, esas de las que nunca me podré olvidar, fue cuando en la Plaza de la Libertad en Pretoria, dijo “y nunca jamás, podrá un ser humano explotar a otro ser humano por razón de su raza”. Es decir, se daba un cierre monumental a lo peor que vivió la humanidad durante el Siglo XX, como parte de una política de exclusión y racismo.

Cuando Nela Estrella, mi madre, me pidió que escribiera de Mandela hoy, mi reacción inicial fue despachar la propuesta. En parte, pues el presente de lo político es más importante que el pasado. Es decir,  África del Sur es uno de los países más adelantados del mundo en el tema de la pluralidad racial y el no racismo. Por eso es que pensé en contrario a su propuesta.

Aunque en reflexión, luego me dije que no: sobre todo que Mandela le enseñó a la humanidad, y yo si que soy parte de esta, que se puede perdonar el pasado, y en particular a los que nos hicieron daño. Esta lección de vida es una con la cual cargo al día de hoy. No es fácil de olvidar: en una de dos ocasiones que estuve con Mandela, en esta ocasión cuando presentó sus memorias (Long walk to freedom – Larga caminata a la libertad), siempre me impresionó el hecho que hubiera invitado a su carcelero. Él lo consideraba su amigo. Su carcelero era blanco y lo custodió por 21 largos años cuando se encontraba preso en Robben Island.

Creo que la política luego del ejemplo de Africa del Sur, es una donde los conflictos nacionales pueden ser subsanados a partir del perdón y la reconciliación. Necesita de visión, y de voluntad. Tal vez necesita de tener a una persona como Nelson R. Mandela.

Madiba, su apodo coloquial, en tu cumpleaños 94 te decimos: larga vida y mucha salud.