El guasón y Colorado: ¿El fin del hombre blanco?

Justicia Social

La muerte de 12 personas a manos de un joven, blanco, clase media, estudiante de neurociencia, descontrolado nos hace a todos meditar en torno a cual es mi seguridad en suelo de los EE.UU. En particular, porque nadie imaginaba que el guasón, el personaje de la película de Batman, cobraría vida en la vida real. James Holmes compareció al cine en el poblado de Aurora, Colorado, en la noche de estreno de la nueva edición de la película de Batman (The Dark Knight Rises, Dir. Christopher Nolan, USA, 2012), vestido del personaje del guasón.

Muchos deben recordar la penúltima edición de la película del Batman (The Dark Knight, Dir. Christopher Nolan, USA, 2007), en la cual entre el guasón, Batman, y el jefe de la policía de la ciudad Gótica, el Sr. Gordon, se realiza un importante debate en torno a la ética. En el diálogo que sostuvieron entre ellos, a lo largo de la película, se plantea el echo de que matar, sea usted bueno o sea usted malo, es algo equivocado. Lo curioso es que se trata del argumento del guasón, que mata por placer, sin entrar en consideraciones éticas del bien y el mal.

 

Hay algo de la historia en los actos de Holmes. Realmente hablando éste no tenía motivo alguno de asesinar a 12 parroquianos. A fin de cuenta son seres extraños que éste no conocía. Lo cierto es que su acto es parte de la historia del hombre blanco de los EE.UU que a lo largo de la historia de dicho país, y en particular en a partir del Siglo XX, se ha dedicado a realizar continuamente matanzas a seres humanos de forma indiscriminada. Este síndrome del hombre blanco, es muy peculiar y muy parte de la historia americana.

Será por la frustración de clase, será por la amenaza que siente el hombre blanco por su medio ambiente cultural repleto de diversidades étnicas (sean afro-americanos o hispanos), o será por la crisis económica que se vive. Lo cierto es que el hombre de los EE.UU asesina de forma indiscriminada a otros seres humanos continuamente. En un radio de cada ocho meses, uno se topa en los EE.UU con una masacre. La anterior a esta última lo fue un hombre despedido en Florida, y antes la del otro hombre despedido en Texas. Todos blancos, todos con una agonía.

Alguna solución cultural habrá que buscarle a este problema del hombre blanco americano. Pero la justicia social no puede permitir que llegue la próxima matanza. Algo así como acaba de expresar el Gobierno Mexicano al Gobierno de los EE.UU: resuelva el problema, a nivel de adicción, que tiene su pueblo por poseer armas de fuego. Tal vez ahí yace el problema.