Serie Especial: Caribes en Puerto Rico. Una historia, una figura: Francisco “Pachín” Ramírez

Cultura

Saludos Antillano(a). Hoy continuamos con la Serie Especial: Caribes en Puerto Rico. En la misma deseamos resaltar las diferentes culturas caribeñas que habitan en Puerto Rico, a través de entrevistas a personas, organizaciones y negocios antillanos que han decidido vivir en la Isla del Encanto. ¿Cómo ha sido ese choque cultural, proviniendo del mismo Caribe?, ¿Por qué escogieron Puerto Rico?, ¿Cuál es su visión sobre el Caribe? Conócelos, entérate y apóyalos.

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Era una tarde de verano, de esas cuando el sol azota, el viento no es fresco, y sobre todo, no se puede caminar a lo largo de una de las arterias principales del país: la avenida Ponce de León. No obstante, caminé en busca del centro cultural, Alianza Cultural Dominicana. Fui a este centro, pues el mismo se ha convertido en días recientes en un lugar pintoresco, donde todas las tardes un grupo de personas se sienta a jugar dominó en la acera, con mesa, sillas y en muchas ocasiones algo refrescante de beber, siempre a la mano.

Allí me encontré con un grupo de hombres mayores, y ante mi explicación que cubría una serie especial para El Post Antillano, se me indicó que debía hablar con un hombre que portaba una gorra (o cachucha en dominicano) que decía Tx (para Texas). Sin mucho saber me encomendé a la instrucción procedí con mi entrevista al presidente del centro cultural Alianza Cultural Dominicana, puesto el cual ha dejado en suspenso mientras dure el año electoral en Puerto Rico, debido a que apoya abiertamente a uno de los partidos políticos en contienda electoral en la isla.

“Yo soy Pachín. Francisco Ramírez. También conocido por Ramírez”, así se pronunció este hombre maduro, con la alegría y la entonación de mi parte, que me hablaba a ritmo de un merengue lento pero afincado al estilo de “compadre pedro juan”. Con tres nombres por los cuales distinguirse, siempre pensé que se trataba de alguien con bagaje. Más aún, y sin haber preguntado su edad al comienzo de la entrevista, me imaginé que estaba ante alguien que tenía algo que contar.

“”Yo llegué a Puerto Rico en el 1963, escapándome de la dictadura de Leónides Trujillo”, se expresó con suma tranquilidad. Para mi este es un tema harto conocido, pues la memoria de mi padre, Emiliano, también guarda igual recuerdo. Aunque la mayoría de los dominicanos que conozco que migraron en la década de 1960, todos y todas lo justifican siempre que su llegada a Puerto Rico tenía que ver más con una fuga contra el poder, que un deseo de estar aquí. Luego, como siempre, Puerto Rico los “enamora” y terminan todos quedándose.

Casado con una mujer también dominicana, Ramírez aclaró que sus hijos son todos puertorriqueños, como a su vez lo son sus nietos, y próximamente su primera biznieta. Cuando se le pregunta si es dominico-boricua, o boricua-nicano, este responde desde la profundidad del pensamiento: “soy hostosiano, soy antillano”. Ahí toma la palabra y explica como el pensamiento de Eugenio María de Hostos es uno fundamental, pues éste planteo el concepto de la confraternidad o confederación antillana desde una mirada humanista. Para Pachín, se trata ser “ciudadanos de la región del Caribe”. Por eso para él no hay diferencia de estar en la República Dominicana, o en Puerto Rico. Se es antillano antes que nada.

Desde esa lógica antillanista, entonces habría que enmarcar la naturaleza de la participación de Francisco Ramírez en Puerto Rico. Como él nos explicó, los seres humanos pasan por tres etapas, que según él son las de la ilusión/idealismo, la de la consolidación profesional/familiar, y finalmente las de la expansión/poder.

Él llegó a Puerto Rico como un joven de izquierdas, ilusionado con el cambio social. De esta forma, participó en más de una intervención armada en contra de Trujillo. También participó en la revolución dominicana de 1965, en defensa del orden constitucional y la vuelta al poder de Profesor Juan Bosh. Fue la época donde la revolución era más importante que cualquier cosa. Etapa que todo indica que la vivió hasta temprano la década de 1970s, cuando en Puerto Rico compartió otros ideales con el Partido Socialista Puertorriqueno (PSP).

Terminada esa etapa de su vida, Pachín se dedicó a echar para adelante a su familia y su profesión de ingeniero. En ambas resultó ser muy exitoso. En el plano profesional, ha sido ingeniero civil, participando en la construcción de escuelas, autopistas y desarrollador de vivienda. Como él mismo indicó, “he sido el ingeniero que más unidades de vivienda ha construido en Puerto Rico”. Con 78 años, se retiró recientemente de trabajar, para disfrutar de una fortuna en capital, lujos y bienes raíces, la cual muy inteligentemente supo amasar.

Ya pasaron los días de defender una ideología de izquierdas. Tal vez su realismo pragmático, y sobre todo el sentido de ser migrante, le hizo coquetear en la década de 1990s, con el Partido Nuevo Progresistas (PNP), en particular a partir de relaciones personales con figuras políticas que siempre le dieron una mano. En su caso, a partir de relaciones personales con el Dr. Pedro Rosselló (gobernador de Puerto Rico de 1993 a 2000), y con el Lcdo. Jorge Santini (primero como asesor legal, 1992 a 1996, y luego como senador 1996 a 2000, y eventualmente como alcalde 2000 a 2012) lo hicieron moverse con el movimiento pro-estadidad (anexión de Puerto Rico a los EE.UU). Es un dato curioso, pues hoy participa como Presidente del Comité Dominicanos con Santini.

Para mí esto es un tanto difícil de entender. Pero, como el mismo indicó, en la tercera etapa de la vida, se consolida uno en lo económico y en su relación con el poder. Estar con el PNP, es estar cerca del poder.

Como todos los caribeños, Pachín Ramírez tiene sus formas de ser. Sin entrar en valoraciones y enjuiciamientos, hay que reconocer su contribución al pensamiento Hostosiano y al desarrollo de Puerto Rico. Es un antillano de corazón.