En Puerto Rico los medios multiplican los miedos. Los medios noticiosos, tanto en la prensa escrita como en la televisión, y un sector de la radio, están claramente alineados a la derecha, a los intereses del Capital y el establishment. El debate del llamado ‘Junte Constitucional’ realizado ayer por Univisión es un ejemplo claro de esto. La Comay, ni hablar. Cid Marie Fleming contestaba sin titubear y dar respiro a los candidatos del PPT, PPR, MUS y PIP como si lo que estuvieran hablando fueran disparates, y lo hacia con asco. Rubén Sánchez ripostaba sin dejar hablar con una idea contraria cada vez que algún candidato de los mencionados intentaba desarrollar un argunmento. Un verdadero paredón para desarticular y hacer quedar mal a los que tomaban la postura del No en el Referéndum del 19 de agosto.
Llevaron a los familiares de las víctimas de asesinato para hacer preguntas, y los sentaron en las gradas para, de cuando en vez, ser enfocados por las cámaras, y manejar las emociones de los televidentes a favor del Sí. Usaban casos crudos para canalizar las emociones a favor del miedo. Es discurso maniqueo de ellos (lo malos) contra nosotros (los buenos) sonaba en cada pregunta, gesto y expresión de los ‘periodistas’, tambien en las imágenes que enfocaban y en los anuncios. La pregunta de por qué no llevaron a Jordán Ayala Cruz – joven recientemente esposado y apresado, sin fianza ni juicio justo, por ser falsamente acusado, e inocente de todo lo que se le acusaba, salta a la vista.
Unos días antes el gobernador de Puerto Rico había participado en casi la totalidad de un programa de La Comay, un personaje de una ‘doña’ chismosa (bochinchera se diría en Puerto Rico) que hace preguntas y opina sobre ‘la realidad del país’, y en el camino, reproduce y afianza prejuicios de clase y machistas (para colmo de males el que está detrás de la marioneta es un hombre), y promueve políticas anti-democráticas, represivas y en pro del estatus quo. Pero ya llegamos al punto de que cuando los políticos visitan a la Comay no se sabe quién es el ventrílocuo y quién la marioneta.
Espectáculo y simulacro, concentración de prejuicios y valores dominantes (de lo que es bueno y bello – el dinero, el individualismo, el egocentrismo y egoísmo, etc.), los medios de comunicación masiva (que no ‘pública’) privatizan, mercantilizan, y seducen a la pasividad ciudadana de ser espectadores en vez de protagonistas, agentes activos en su estar-vivos, en con-vivir y construir las ciudades, espacios, y posibilidades de vidas que queremos.
Sin embargo el poder de los medios y su instrumentalización de los Miedos colectivos, no son todopoderosos, pues la esperanza, valentía y voluntad de muchos también se cuela y hacen corto-circuitos que se les escapan de las manos. Así, periodismos y escrituras de expresión y análisis emergentes surgen en el mundo digital y se suman a los que se organizan y luchan por la profundización democrática a través de la solidaridad y la alegría de compartir esperanzas, desplazando en cada paso los miedos que multiplican los medios.