Érase una vez… unas voces que en sueños comentaban que cuál era el propósito de hablar de política en un curso de literatura. Creo que pensaban que la literatura respondía únicamente a lo bello, pero lo bello visto en sus temas favoritos: el amor a la pareja o a la madre.
Entender la “Canción de cuna para dormir a un preso” como una canción al niño interior de un soldado preso, sin entender el contexto histórico del poeta-poema, es solo la mitad del camino. La literatura es amor y muerte, belleza y fealdad, protesta y reflexión, canto y grito. Una voz callada ante este hecho es una voz a medias.