Indígenas del mundo, ¡Uníos!

Justicia Social

Hace unos años subía por la cordillera central de Bolivia, la Cordillera de los Andes, en dirección al Alto, donde queda el aeropuerto internacional de este país. Mientras subía en una elevación sobre 3000 metros por encima del nivel del mar, el taxista prendió la radio y la canción que se sentía era Carlos Santana con la canción Black Magic Woman. Nada más mágico que ese momento.

Hace unos días, volví por el mismo camino, nuevamente en dirección al aeropuerto. En esta ocasión el taxista no puso música. Me concentré en mirarlo. Ahora, unos años después y con un ojo crítico desarrollado, me concentré en él, en su indigenismo, y en entender, como en un país con 65% de la población de ascendencia indígena, solo fue en el año 2005 (la independencia de Bolivia data de 1826) cuando advinieron a su primer presidente indígena, Evo Morales. Me cuestioné el por qué de su invisibilidad, asunto que yo también, unos años antes, lo había hecho. El taxista de mi primer viaje en el 2006, también era indígena.

Hoy 9 de agosto de 2012, se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo. Este evento viene celebrándose consistentemente desde el año 1994, cuando se declaró el evento por parte de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (primer decenio). Así las cosas, en el año 2004, fue ratificado y extendido por un decenio adicional. El motivo de la celebración del día de hoy, es los accesos de los pueblos indígenas a los medios de comunicación (acceso y representación).

De mi parte, en América Latina he conocido de cerca los problemas de representación y acceso. En particular, porque la máxima pobreza en este continente en el día de hoy la comparten los indígenas (Guatemala, Honduras, Nicaragua, Bolivia) y los negros y pobres (Colombia, Brasil, Venezuela).

Ya ha hecho su parte la agrupación musical de Puerto Rico, Calle 13, al incluir en su tema de Latinoamérica, toda una sección en guaraní. Sea pues nuestro deber como caribeñitas, continuar promoviendo la igualdad, desde la diferencia, de todos los seres humanos del planeta. En particular las comunidades indígenas, esas Taínas y Caribes, que fueron las primeras víctimas del genocidio europeo en nuestro hemisferio.