Hace unos años se cometió en Puerto Rico uno de los actos simbólicos y políticos más sugerentes pero menos valorados: el huevaso del llamado “Tipo Común” al gobernador Luis Fortuño. Hoy nadie le menciona pero el hecho fue objeto de discusión, chistes, y tema predilecto en los disfraces de manifestantes en distintas protestas masivas (cuando aun se daban las mismas). A diferencia de la gran mayoría de los puertorriqueños.
Aunque fue un acto individual, fue uno de expresión contundente y hoy pareciera hasta radical, pues que poca resistencia ha tenido este gobierno tan abusivo, excluyente, opresor y anti-democrático. Aparte de los estudiantes, abandonados por un gran número de profesores, sindicatos y otros; y aparte de la lucha contra el gasoducto, han sido algunos individuos y sus actos de ‘locura’ los que han ‘dado la cara’, mientras otros la esconden debajo de la tierra o en los perfiles egocéntricos de las redes sociales. Tal vez el amigo y autor José Alberto Cabán Torres tenga razón sobre las dimensiones políticas de la locura en Puerto Rico y su ‘ricura’ cultural. Que vivan estas locuras en medio de tanta inercia de supuesta ‘cordura’.