Dios los cría [1980] o el retrato de un país que ya no es [2020]

Cine caribe

altJacobo Morales es posiblemente hablando, lo más cercano a la figura emblemática y representativa de la historia de la televisión y el cine puertorriqueño. Jacobo es un Dios, con letra mayúscula, y que me perdonen los judío-cristianos. Pero todo lo que somos hoy, en cuanto al séptimo arte (incluyendo la televisión y la radio) se lo debemos a él. Esta adulación es necesaria, en un país que olvida, no recuerda y sobre todo invisibiliza.

En la historia de la televisión boricua, desde su fundación en 1954, Jacobo Morales ha sido parte. Luego en la década de 1970 y 1980, fue parte de varios programas memorables, entre otros Desafiando los Genios. Pero la grandeza llegó cuando escribió, dirigió y prodújo su primera película: Dios los cría (Dir. Jacobo Morales, Puerto Rico, 1980). A partir de ese momento, el cine puertorriqueño cambió. Se convirtió en otra cosa.

Poco recordamos hoy esta película boricua, que en la historia nacional de la cinematografía, es el filme más laureado que hemos tenido. Reconocido por todos, desde La Habana hasta Londres, por vía de España, los EE.UU. y Francia. Es una película que deberíamos volver a ver en tiempos de pandemia y confinamiento. Es una película esencial. Es una película de vital importancia para entender un país que dejaba de ser, y que se iniciaba en los albores del neoliberalismo colonial, donde todos los personajes de ese pasado, hacen eco en este presente nuestro [2020].

La película se cuenta en cinco historias que no han perdido relevancia alguna. Estas son: Dios los cría, Negocio redondo, Entre doce y una, La gran noche y La otra. El trasfondo que hila todas las historias es el engaño (como si fuera el nombre de una tienda donde se compran chucherías). Personas que en la trama de vida viven en la representación de una vida que no es, y donde cada uno de los personajes, engaña a alguien. No es sinónimo de ser boricua, jamás Jacobo Morales diría o haría eso. Pero si es sinónimo de las posiciones asumidas por los personajes en la película.

La película es producida en el cambio de política pública de país, de un estado benefactor a un estado neoliberal, bajo el Partido Nuevo Progresista (PNP) y la privatización de los hospitales, la represión política (el Cerro Maravilla) y el inicio de la lucha de Vieques por sacar a la marina de guerra de los EE.UU. de dicha isla. Entonces, vemos esta película y entendemos como se sienten los boricuas cuando engañan y son engañados. Cualquiera diría, Jacobo, que se sienten bien. Por lo menos a esa conclusión llegamos al final de varias historias.

Los parlamentos de la película son poesía. Muchas veces son de un nivel barroco impresionante, pero llenos de contenido y sustancia. Siendo poeta Jacobo Morales, como se refleja en sus poemarios 100 x 35 (1978) y 409 metros de solar y cyclone fence (1983), entonces uno encuentra que la película es altamente poética, en su representación visual y parlamentos.

La película cuenta con un reparto de primera para los que en ese momento eran actores y actrices de medio camino (ya consagrados pero aún jóvenes) como Gladys Rodriguez, Norma Candal, Esther Sandoval, Benjamín Morales, Miguel Angel Suárez, Pedro Juan Figueroa, José Luis Marrero, Carlos Augusto Cestero y Jacobo Morales. Todas y todos ellos hacen actuaciones de primera, pero le imparten un sabor cosmopolita a la película, que hizo posible la razón por la cual en ese momento fuera tan premiada y reconocida a nivel internacional. Sobre todo, Jacobo, en ese momento donde la cultura cinematográfica colonial nos imponía hacer filmes de "lenguaje universal".

Dicho lo anterior, los aciertos de la película radican en la transgresión de temas que la colonia territorial planteaba de forma más irreverente y arriesgada que el cine de Hollywood o el europeo. En este sentido, el tema de la mujer, la fidelidad e infidelidad, la edad y el discrimen, la corrupción social, el fin de la iglesia, la sexualización de los feligreses cristianos, en fin, la vida de los otros y las otras, se llevaron a la fílmica de forma, como mínimo, transgresora.

Dios los cría, 40 años después, es un filme extraordinario. Lo mejor, es que fue dirigido por uno de esos boricuas esenciales, que nos representan en todas las dimensiones, hasta el día de hoy. Gracias Jacobo Morales [y a Blanca Eró también] por habernos dado tanto, desde hace tanto tiempo, y estar con nosotros hoy, aún ofreciéndonos lo mejor de ti y tus dones. Aché para nuestros mayores, para Jacob, muchas bendiciones y que venga otra película más. Adelante, maestro, adelante.