Saludos Antillano(a). El comienzo de clases en Puerto Rico presenta problemas recurrentes, tanto a nivel institucional, administrativo, como de docencia y estudiantado. Hoy continuamos analizando los retos de la educación en nuestra isla, e identificando modelos utilizados en Latinoamérica y el Caribe. Porque la educación es el mayor tesoro de todo individuo y todas las sociedades.
EPA
Muchos estudiantes se están yendo de las escuelas del Estado para ir a obtener su grado de escuela secundaria en institutos privados que prometen enseñarles en un tiempo reducido lo que necesitan para recibir su diploma. El problema está causando comentarios entre profesionales ligados a la educación, especialmente ante la dramática baja en matrícula en las escuelas públicas en los últimos años.
“La mitad de la escuela está vacía porque se han ido tantos estudiantes a esos sitios (institutos privados)”, dijo Laura que está en grado 11 de secundaria. Los estudiantes se gradúan de escuela secundaria después de terminar el 12. Una conversación con Laura, hace evidente que es una estudiante motivada e inteligente. “No salen preparados. ¿Cómo van a aprender algo en siete semanas? Eran lentos aquí, no me los imagino a ese paso”. Laura dice riéndose que una vez se gradúe “va a estudiar hasta que no haya más becas” (quiere ser abogada). Ella está parada junto a una mole de alrededor de 12 estudiantes en frente a su escuela, una de dos cuyos alrededores este reportero merodeó, entreteniéndose hablando con estudiantes y padres. Las escuelas, la Facundo Bueso y la Madame Luchetti tienen una matrícula mayormente de estudiantes de familias de cuello azul, lo cual es muy común en las escuelas públicas en la ciudad capital de San Juan.
La economía está mal, los problemas sociales y el crimen están ahogando a la población, pero una vez suena la campana final del día los estudiantes están rebosantes de alegría, y es muy fácil hablar con ellos. Ninguno de los entrevistados dijo favorecer abandonar la escuela para terminar en un instituto. Yuriel, que se gradúa en mayo y está convencido de que va a ser una estrella musical, dijo que los institutos son un robo. “Esos sitios no valen na’. Es un negocio para sacarle los chavos a la gente. No hay ni becas”.
Un buen número de los estudiantes dijo que quería seguir estudiando, pero la mayor parte no sabía qué. Le pregunté a otro de los estudiantes, que se reía animadamente, que quería hacer. Dijo que iba a aprender a ser barbero y estilista para trabajar con su tío. La respuesta, por alguna razón, causó risas, pero el muchacho enseguida apuntó a una muchacha con un peinado muy particular. “Mira ella trabaja con su mamá ya en un “beauty (parlor). No le hagas caso a esta gente. Yo soy más inteligente que ellos”, lo cual causó un bullicio típico de muchachos de esa edad.
Rita, una madre que aguardaba a sus dos hijos, dijo que había una falta de materiales en la escuela, queja que hicieron otros padres que hablaron con nosotros. “Si pudiesen invertir lo que tienen que invertir en las escuelas entonces estaríamos mejor”, dijo Rita. Sus hijos no saben que van a hacer una vez se gradúen, pero Rita, resignada, dijo que eso es decisión de ellos.
Luiso dijo que él no le aconsejaría a sus hijos a que fuesen a un instituto, y quiere que sigan estudiando algo, “cualquier cosa”. “Yo no tengo pa’ pagar esos institutos. Yo los dejo en escuela pública. ¿Cómo tú me dices a mí que en siete semanas vas a aprender lo mismo que en un año entero? ¡No hombre, no!”.
Ramonita, que ha criado sus tres nietos, dos de los cuales están en la secundaria, comenta que no entiende porque tanto estudiante se está desplazando a los institutos técnicos. “¿Total cual es la prisa? Si tiempo para ponerse viejo hay”.