Luego del Domingo

Política

Las balas se escuchaban como gritos al oído mientras se duerme. Así brinqué para agarrar a mi hijo y moverlo a un lugar lejos de la ventana. Me preguntó: ¿Qué pasa? Nada, nada, le digo. Él se queda dormido. Yo no. Tampoco mis vecinos, quienes me cuentan situaciones similares al otro día. Dos vecinas vieron luces como destellos de balas. Otro vecino vio policías rondando la calle en la madrugada. Este cuadro ya es parte de la cotidianidad sanjuanera. Ya se ha normalizado escuchar helicópteros a cualquier hora del día rondando por las calles como si fueran perros realengos. Mi hijo conoce muy bien lo que es un helicóptero…

Luego del tiroteo que nos arrebató el sueño, me enteré durante el día que habían matado un poco menos de veinte personas durante el fin de semana. Y para colmo, cuando leo el Nuevo Día veo la encuesta que publicaron donde presentan al SI contra el derecho absoluto a la fianza como el ‘inminente’ ganador. Tanta violencia física y mediática dan ganas convulsionar.

Pero hay que mantener la calma y pensar, organizarse, actuar concertádamente para, en una semana, lograr que la gente salga a votar a favor de sus derechos y de la poca democracia que nos queda, la cual nunca ha sido mucha en nuestro contexto colonial. Casi la totalidad de los medios dominantes de comunicación se ha posicionado a favor del Sí. La victoria del No el próximo domingo, 19 de agosto, toma un giro y profundidad crucial, que podría servir como trampolín a la profundización de la lucha por la democracia y la justicia social en Puerto Rico.

El reto es crear un virazón, no solo en la urnas, sino en el entusiasmo, el compromiso y la práctica política que cree espacios, instancias y relaciones de mayor solidaridad, libertad y justicia. Así, discursos anti-racistas, anti-homofóbicos, feministas, anticoloniales, críticos al capitalismo y proponentes de economías solidarias, ecologistas, de urbanismo crítico y radical, entre otros, pueden abrirse paso y caminar creando caminos luego del Domingo. Votemos NO y NO el domingo. Y el lunes caminemos juntos y revueltos para resistir y crear realidades concretas de libertad, justicia social y solidaridad. Que el domingo sea solo el comienzo de una plataforma polito-social que radicalice y democratice nuestras vidas hacia nuevas convivencias en común.