Democracia violada...

Política

La constitución de un país es su ley suprema. Toda ley o acción política que la contravenga no tiene cabida en su ordenamiento jurídico. La constitución de Puerto Rico establece en su preámbulo:

[Nosotros, el pueblo] “Que entendemos por sistema democrático aquel donde la voluntad del pueblo es la fuente del poder público, donde el orden político está subordinado a los derechos del hombre y donde se asegura la libre participación del ciudadano en las decisiones colectivas”.

Sin embargo, el desaliento instalado en el estado de ánimo colectivo no parece propio de un pueblo que ostenta el control del poder público. Tampoco, el de una sociedad en la cual todo orden político está subordinado a los derechos humanos. Cuando un partido político votado mayoritariamente asume la tarea de gobernar, de representar los deseos y anhelos de un pueblo en un “poder-ser” democrático, debe asumir que el pueblo vota un programa de gobierno. El pueblo vota unas propuestas concretas que le afectan su vida diaria y es, ese programa de gobierno, el contrato entre el partido político y el pueblo.

Cuando un partido político lleva a cabo en el gobierno tareas, proyectos, funciones y acciones que no estaban en su programa de gobierno y plantea otros proyectos “secretos” y contrapuestos al programa con el que concurrió a las elecciones, destruye no solamente su credibilidad y la de los partidos políticos, sino que está gobernando sin sujeción a la ley y mediante abuso de autoridad. Cuando se ignora el programa de gobierno, se amputa la voluntad del pueblo, se viola su derecho a la representatividad y se invisibilizan los problemas de la ciudadanía.

El merito y la responsabilidad de un partido político es gobernar. Pero, definitivamente tiene que gobernar con sujeción al programa con el que se presentó a las elecciones. Hacer lo opuesto, es otro sistema político. En democracia, el sistema político vigente, los ciudadanos tenemos que exigir a nuestros representantes políticos responsabilidad y verdad. Responsabilidad, para que cumplan lo que prometen y verdad, para que nos digan ¿qué proponen y cómo piensan lograrlo?

Nuestra sociedad exige a gritos representantes políticos de calidad. Eliminemos de una vez y por todas, el gobernar con el periódico de la mañana. Mientras, esto no ocurra solo accederemos a una democracia violada. Más, “democracia”, al fin y al cabo.