¿Papi dónde estas? Reflexión artística en torno de la enmienda a la constitución sobre la fianza.

Creativo

En una celda dos hombres conversan uno de ellos en congoja, mientras el otro parece burlarse. El primero, el Hombre,  lleva un pedazo de papel en las manos.

Hombre 2: (Se acerca) Y a ti,  qué te hicieron?

Hombre 1: No quiero hablar de eso.

Hombre 2: No si, nunca nadie quiere hablar de… ESO. ¿Te da penita?

Hombre 1: No, no me da penita…no tengo porque avergonzarme. Pero  hay cosas de las que  uno no quisiera acordarse.

Hombre 2: Y estas paredes te hacen recordar… “Bienvenidos al club social de los confinados”  Servicios médicos cada tres años, mierda en las esquinas, miedo en las entrañas, es casi como pertenecer a la libre comunidad…y cada vez somos más…Mientras allá fueran se siguen matando…

Hombre 1: (Con mucho coraje, intenta acercarse a él) Este país está así, por su culpa. ¡Por tipos... (Camina hacia frente  derecha. Se limpia las lágrimas)

Hombre 2: ¿Cómo yo? No como yo no.(Da unos pasos hacia él) Por mi culpa  no. Yo estoy aquí.  Yo no puedo hacer nada.

El Hombre 1 lo mira con desprecio y algo de resignación se aleja de él con la cabeza baja. Asoma la cara por las rejas se recuesta en la pared lateral mira el pedazo de  papel maltrecho de tanto apretarlo  y amarillento por el sucio del lugar.

Hombre 1: El creyó que estaban solos en la tienda; la tienda de mi abuelo. Abuelo había salido un momento al correo y  él entró por la parte de atrás. Yo venía a buscarlos pa’ llevarlos  pa’ casa. Ana de 12 y Roberto de 6. Cuando llegué no los vi. Creí que estaban escondidos, ese era su juego favorito…Busqué en el almacén y no los vi, estaban detrás del “counter”,  estaban  los dos amarraditos. Estaban allí indefensos, con sus manitas apretaditas por la soga, coloraditos del susto…no paraban de llorar. Yo no sabía ni que hacer. El no me vio, estaba en la nevera.  Yo salí corriendo pal’ almacén y me acordé de la pistola que tenía en el escritorio al lado de la caja fuerte. Esa se la había dao’ mi cuñao’ (Pausa) (Irónico) por cualquier cosa. (Mirando al Hombre 2) En este país uno nunca sabe. No lo pensé dos veces, las lagrimitas le bajaban por la carita aunque  ellos apretaban los dientecitos como aguantando las ganitas... (Pausa larga, lloroso) Yo no quería hacerle daño a nadie. Sólo quería sacarlos de allí. Caminé pa’ donde ellos y justo ahí él sale de la nevera. Se asustó cuando me vió. Corrió hasta donde yo estaba, pero yo seguí pa’ lla. La nena se asustó tanto que trató de gritar,  pero tenía la boquita tapa…lo que se escuchaban eran como chillidos… era como uno de esos sueños en los que quieres gritar, gritar y gritar… pero no sale na’.  Él se fue pa’ donde mi y me apuntó con la pistola en la cara. ¡Sueltalos! Le dije. Pero no me hizo caso.  Se rió. (Pausa) Le grite más fuerte. ¡Sueltalos!!!!  Pero me dejó a mí y se fue por detrás de ellos y comenzó  a pasarles la pistola por  la cara... Ellos aguantaban, aguantaban  las ganas de llorar … (Con rabia) ¡Sueltalos te dije!!!!!!. (Como loco) Pero no paraba de reírse mientras yo...yo me quería morir. Me volví como loco y lo agarre por el cuello ¡Suéltalos!!!!  El se reía, se burlaba. ¡Si no los sueltas, los suelto yo! le dije. Me sacó las manos de su cuello y se reía. Pero yo voy pa’ donde mis hijos…les quito el  paño de la boca y trato de quitarle la soga. Cuando me ve,  va pa’ donde mi y  me agarra por atrás por el cuello, así con el brazo completo  y yo me  desespero y comienzo a forcejear. !Suéltame, Puñeta! !Suéltame! !Sueeeeltame! Me viro de golpe y logro apuntarle con mi pistola. El se queda quieto. Se ríe…tranquilo papi… ustedes no me sirven pa’ na. Le digo entonces ¡Suéltalos! ¡No, Cuando termine! Y entonces pienso, voy pa’ donde los nenes, voy pa’ ya, los tengo que sacar de aquí. Ellos como que se ponen nerviosos y tratan de soltarse y  empiezan a gritar y  yo como que quería explotar. Él como que se vuelve también como loco, tu sabes por los gritos, como que no sabe que hacer y  viene pa’ ca y que me agarra por las manos, por mis manos, por la manos con las que iba a sacarlos de allí, me coge por allí por donde agarraba la pistola y me la quiere quitar. Y yo por alguna razón me resisto. Creo que no quería sentirme indefenso, la pistola como dicen por ahí, te da seguridad, y él me hala. ¡Y yo No! Pero él sigue y forcejea y yo, que no y no. Y él no para, y me la quiere quitar, y yo ¡Puñeta no!, ¡No y No! Puñetaaaaaa NOOOOOO!!!!!! (Pausa) Se disparó.

 

Voces de niños inundan el silencio acompañados de música infantil.  Lentamente entran ambos niños con vendas blancas en los ojos caminando errantes por el espacio.

Ambos niños: !Papi! !Papi! !Paaapi!   ¿Dónde estas? !Paaaa!

Roberto: Papi, ven vamos a jugar. (En tono de juego) No te escondas.

Ana: Papi, No te veo,  ¿Dónde te fuiste?

Roberto: !Paaapi tita me está molestando!

Ana: Papi, me pidieron esto en  la escuela. (Pausa) !Ay, Nunca hay chavos!

Ana: (En congoja) Papi, hay un monstruo debajo de la cama.

Roberto: (Chango) Papi, en la escuela son malos.

Ana: ¡Paaa¡ ¿Dónde estas? (Pausa, mirando hacia el suelo.) Pa’ Tengo miedo.

O: (Asustado  hasta llegar a la desesperación y a apunto de llorar) Papi, no te veo…   ¿Dónde estas? Papi, ya puedes salir…Papi ya se acabo el juego. Papi no te encuentro. Papi si no sales voy a perder. Me van a ganar !Papi, Voy perder! !Papi! !Papi! !PAAAAAAPIIII!