Bryun-Chul Han y el resurgimiento del Eros

Cultura

(San Juan, 10:00 a.m.) En la actualidad la pornografía ha invadido los medios de comunicación de masas y las redes sociales. El filósofo surcoreano Byung-Chul Han plantea en su libro Agonía del Eros que en el neoliberalismo el cuerpo se expone como mercancía. El propósito de este artículo es mostrar la obra poética de Orlando Muñoz (1972) como la antítesis de este postulado.

Centraremos nuestra atención  en  «La lengua libre », poema que inicia el tercer capítulo titulado «Libro de Las Celebraciones», perteneciente al libro La Piel del Beso (2013) en este texto la lengua evoca a un peregrino que va recorriendo el cuerpo femenino; desde la punta de los dedos hasta la coronilla, exaltando cada recodo, cada pausa en el camino.

El poema es lúdico como un niño juguetón que va descubriendo la fiesta del acto sexual. Esto es logrado por el efecto fonético que resulta de la rima asonante (donde coinciden los fonemas de la última sílaba). Tres factores contribuyen al sonido agradable del poema. En primer lugar, la aliteración: lija, lina, lene, leve, la miel, la piel, olas, horas. (…)  En segundo lugar, la similitud de palabras que comienzan con la letra L y, en tercer lugar, la reiteración de la lengua en 21 ocasiones, atribuyéndole: 24 adjetivos de los cuales 4 son reiterativos.

Libre: porque la condición primordial del acto sexual es la voluntad de los amantes en participar del disfrute de los sentidos y la satisfacción del ser amado.

Lúdico: La intimidad es juego, retozo que produce retoños, atrevimiento, misterio por descubrir; lenguaje de los cuerpos con un código por descifrar. 

Lúbrica: porque la lengua es un tobogán, donde se deslizan las papilas gustativas, hasta darse un chapuzón en las piscinas de los cuerpos.

Lumbre: nos recuerda al verso de Benedetti: “Una mujer desnuda y en lo oscuro es una luz que nos alumbra”, además: la sexualidad es la lámpara de la creación que da luz un nuevo ser.

lame la luz de ti la lengua libre

la lengua lenta o loca

la lengua viva

la lúdica

la lírica lengua del beso.

alma que es carne

y carne que es tiempo

fábula en que la lira lame el logo

el lodo el loto el lirio.

En el  primer verso de la segunda estrofa: alma que es carne, lo eterno del amor se expresa con los efímeros  instrumentos de la materia – las caricias, los besos, los abrazos- . El siguiente verso: y carne que es tiempo, en su concatenación y semántica, nos revela nuestra condición mortal limitada por el tiempo.

Los últimos versos de la segunda estrofa tienen resonancias místicas. La etimología del logo (conocimiento) nos recuerda la fruta prohibida del Edén. Aparecen símbolos de pureza como la blancura del lirio o el loto: flor reconocida por crecer en los pantanos y  mantenerse impecable.

«La lengua libre: retoma la idea del sexo como un ritual inseparable del amor. En este texto, la intimidad: es la celebración del otro, celebración basada en los sentimientos de ambos seres que se respetan y regocijan en la alegría de encontrarse.

Al contrario de la música urbana que, con su lenguaje soez, con términos vulgares como

«chapas que vibran» , «dale duro», estas expresiones consolidan una ideología machista que ve a la mujer como un objeto sexual. Asimismo, sus exponentes ignoran que la subjetividad e insinuación son elementos esenciales del erotismo.

La banalización del sexo, la prostitución de la imagen de la mujer en el marketing y la publicidad; el reconocimiento en las redes sociales y los medios de comunicación de masas de arquetipos como «las chapiadoras» o en el ámbito internacional el programa de televisión Las Kardashian: con sus glúteos estratosféricos y la ostentación de riquezas, conquistadas por  la comercialización de sus cuerpos. Esas “víctimas”  y “superheroínas” de  la vorágine del neoliberalismo, representan la cúspide de la decadencia –de un objeto sexual a una máquina de deseo- . Nos hacen dudar de la supervivencia del Eros.

Byung-Chul Han afirma que lo que amenaza a la sexualidad en la actualidad, no es la moralidad: Ahora el principal enemigo de la sexualidad es la hipersexualidad; que produce una ausencia del otro y, por ende, un triunfo del individualismo.

Bajo la lupa de la teoría marxista de la literatura, en su libro Cómo Leer Un Poema (Eagleton, 2007:35) sostiene que un poema es una declaración moral. «La lengua libre », es una oda a la lengua como órgano lírico: creado para cantar, amar, darle sonido al pensamiento y sobre todo, es una puesta en escena de valores y atributos del cuerpo femenino; que inspira al hombre a crear y recrearse en la danza del acto sexual.

¡oh, labios,labios

manos,pechos,pechos

pantorrillas, nalgas

blandas nalgas del cuerpo deseado!

Analizando «La lengua libre », desde  el concepto de la intuición poética de Amado Alonso, llama la atención la licencia poética de no usar mayúsculas y  la omisión de las comas en la mayoría de  las estrofas del poema. Se intuye que la intención del autor es que el poema fluya como una cascada; que se lea con el ritmo con que  se desvisten dos amantes, ansiosos por consumar su amor.

La tipografía del poema, dibuja una cascada de palabras; donde  la lengua desciende como si caminara sobre una escalera de agua, se asemeja de manera sutil a un caligrama de Apollinaire. Todas las metáforas del poema están dirigidas hacia la luz, la humedad y la musicalidad. 

lengua líquida (…)

lengua de alquimia

lengua del alba

lengua que alumbra  (…)

lengua litúrgica (…)

A diferencia de los fenómenos socioculturales antes expuestos, en la poética de Muñoz, los dos conceptos fundamentales de la creación artística: eros: impulso creador y poiesis: ética creadora,  encuentran una digna representación. «La lengua libre », reivindica la concepción del sexo, como la ceremonia de dos seres que se unen en cuerpo y alma.