Los sistemas mediáticos y las elecciones [permanentes y sin fin]

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.)  La gran victoria electoral en los EE.UU. no se le puede acreditar a la candidatura del demócrata Joe Biden, y su vicepresidente, Kamala Harris. Habría que acreditársela también a los sistemas mediáticos de dicho país, las llamadas cadenas de noticias/televisión que son las que declararon la victoria de uno y la derrota del otro candidato, el incumbente Donald Trump. 

Pero los sistemas mediáticos, así como las grandes cadenas de comunicación en línea, no se han quedado atrás en definir, quien puede opinar, que no se puede opinar, y cual es la tendencia a seguir. Se han convertido hoy, tanto la televisión como las plataformas de redes sociales, en el poder real detrás y frente del trono, que determinan que pasa y que no pasa en dicho país. En otras palabras se han convertido en el poder de censura en los EE.UU.

Es curioso que la colonia/territorial de Puerto Rico siempre es un lugar más avanzado que la metrópoli.  Por lo tanto, ayer en la principal cadena de televisión/noticias de ultra derecha, un analista comunicador le apagó el micrófono a la jefa de prensa de la Casa Blanca, pues la misma había hecho conjeturas sin fundamento de que había habido fraude electoral en las elecciones en los EE.UU. 

De otro lado, comenzando en el día de mañana el escrutinio general en Puerto Rico, acto que es convocado por de forma mandatoria por la Ley Electoral de Puerto Rico, distintos partidos y personas se han dedicado a decir que las elecciones fueron amañadas en Puerto Rico por múltiples irregularidades. Nadie produce prueba, pero es suficiente para que la prensa corporativa y sistemas mediáticos lo acojan.

Lo que produce renta y pauta en la prensa en los EE.UU. no es igual a lo que lo produce en Puerto Rico. Son sistemas mediáticos distintos e intereses de capital también distintos.  Lo cierto es que en Puerto Rico, ya sea por nosotros o por los intereses del capital, la libertad de expresión no tiene límites.  En los EE.UU. desde las facciones del propio capital, todo indica que si tiene límites. Lo que nos preocupa es que el derecho de libertad de expresión este determinado por el capital. Pensemos.