Volvamos a protestar: ¡a tumbar estatuas!

Cultura

(San Juan, 12:00 p.m.) En y alrededor de la celebración del V Centenario del llamado “descubrimiento de América”, se recrudeció el debate sobre la persona y hazañas de Cristóbal Colón.

De heroico navegante y descubridor, pasó a ser un ladrón, esclavista y genocida. Se cuestionó, con simple razón, su rol de descubridor. Se reafirmó que el nuevo mundo fue realmente descubierto por sus habitantes.

Se ha sugerido la remoción y destrucción de las estatuas de piedra o bronce de Colón y de Juan Ponce de León.

No tengo ningún inconveniente en que se bajen de sus pedestales imaginarios a ambos conquistadores.

Lo que tengo reparos es de intentar borrar o distorsionar la historia.

Colón y Ponce de León no actuaron por su cuenta.

Si vamos a demoler y arrasar estatuas e imágenes, comencemos con las de los reyes de España, Portugal, Francia e Inglaterra – de dicho periodo - y de los papas Inocencio VIII y Alejandro VI.

Fueron estos personajes los que mandaron a los conquistadores a “tomar posesión” y a “evangelizar”.

Ambas cosas significan una sola: EXTERMINAR A TODOS los que se opongan al dominio y enriquecimiento de Europa y a la religión cristiana.

La conquista de América fue un episodio nuevo – en otro lugar – de las cruzadas.

En el nombre de Isabel y Fernando, de los Carlos y de los Felipes, y del dios cristiano, Colón, Ponce de León, Cortés, Pizarro, entre otro, esclavizaron y asesinaron a cientos de miles de nuestros indios. El genocidio incluyó quemar los códices de historia, demoler los templos y prohibir – con la inquisición - las creencias y religiones autóctonas. Y de paso nos contagiaron la viruela.

No es que quiera justificar a Colón y a su progenie. Se trata de ver el panorama completo.

Tampoco sugiero demoler estatuas. Lo que propongo es conocer la historia y adjudicar responsabilidades.

Nuestra América fue víctima de la codicia y el fanatismo religioso de los reyes y jerarcas cristianos de Europa.