La unidad 77 y la lucha por la democracia [por ésta y no por otra]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.)  En el mes de junio el Partido Nuevo Progresista (PNP) cambió la ley electoral. Pocas personas dieron la voz de alerta. El Post Antillano lo hizo, y varias de las personas columnistas se concentraron en decir que ahí venía una artimaña para garantizar su triunfo en las elecciones.  Luego vinieron las primarias, y todos, incluyendo este medio, dio fe de que habían sido un fracaso.  Ahora bien, cuando se nos informó que había sobre 215 mil personas votando de forma adelantada, ausente o encamadas, en cualquier modalidad, fuimos los únicos que protestamos.  Cerca de un 20 por ciento de los votantes no habría de ir a las urnas.  Eso es un fenómeno para causar interés, como mínimo, interés.

Ahora bien, lo que si percibimos es que pocas personas tomaron en serio el proceso electoral y no leyeron la ley y el reglamento [nuevos]. Menos aún, no llevaron a los tribunales o a la protesta social las partes cuestionables de la nueva ley electoral y su reglamento. Por lo tanto la democracia no se perdió hoy en la discusión sobre la unidad 77 de los cinco precintos electorales de San Juan, los cuales constituyen el voto por adelantado y por otro lado, representan el margen de victoria de Miguel Romero para la Alcaldía, y del PNP en las unidades/distritos 1, 3, 4 y 5.  En la unidad/distrito 2, revalido el Partido Popular Democrático (PPD).

Puerto Rico no tiene una democracia colonial perfecta. En realidad es media desastrosa, cuando uno la compara con la de Venezuela o Francia, ambos los sistemas electorales más avanzados del mundo, donde los votos se cuentan por funcionarios públicos  (sean soldados o servidores públicos) y donde todo está digitalizado.

  En Puerto Rico todavía hay que votar en papel, para pasarlo por una arcaica computadora/plataforma de transmisión.  Dicho esto, ese es nuestro sistema.

Pues bien, la unidad 77 de San Juan, tiene los votos que le dan la victoria al otro, al que es mi contrario ideológico, que cree en la estadidad y que no es parte de los míos.  Pero la democracia en que ambos creímos no se invalidó esta semana, sino en junio, en agosto y el día antes de las elecciones.  Si usted no pudo cuestionar lo que antes pasó, en este momento tiene que aceptar su derrota. No le queda para más. Esa es la democracia. Se gana por un voto.  Ya tenía razón Platón en el Critón. Es decir, creer en la ley cuanto te conviene, pero también cuando no te conviene. Pensemos.