Vivimos en tiempos de intolerancia. Un asunto que transita en nuestras ciudades. A través de actos de intolerancia hacia las personas marginadas, los inmigrantes, la comunidad LGBTQ, pensamiento político o prácticas religiosa.
En fin, que nos encontramos con acciones intolerantes ante aquello que no concuerde con la construcción que se tiene del mundo. En nuestro país existen diferentes vías de expresión sobre la intolerancia. Pero lo mas triste es la aprobación o la justificación social que sustenta estos actos de intolerancia, en donde en muchos casos quedan invisibilizados.
Esta es una época que podemos etiquetar como “rechazo a lo diferente”, en la actualidad excluir a ese otro asume un alto nivel de significancia. Lo cual para los profesionales de la salud resulta preocupante debido a que puede ser un detonante multiplicador. Enfrentarnos a discusiones tipo callejón sin salida, temor a hablar por represalias y acciones que violente la vida tiene unas implicaciones en el orden social. Diferentes tipos de agresiones que afectan las normas, instituciones y los individuos. Por lo que, cabe preguntarnos después del acto del “sepelio” a Manuel Natal que se puede esperar. Luchemos por promover una cultura de tolerancia para lograr convivir de manera saludable en un entorno diverso, esa debería ser nuestra meta.
La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos" (Declaración de Principios sobre la Tolerancia)