(San Juan, 9:00 a.m.) Me fui a visitar a tus primos en Santa Cruz, Islas vírgenes Americanas (USVI por sus siglas en inglés). Entonces descubrimos que se trata de una isla, de 50 mil habitantes, parte de un archipiélago adquirido por los EE.UU. a principio del Siglo 20, por vía de compra a la corona Danesa. 25 millones costó la transacción de compraventa que se efectuó por vía de un tratado en el 1916.
Las Islas Vírgenes se administran como un territorio no incorporado, modalidad similar pero distinta a Puerto Rico, mediante el cual tienen una Carta Orgánica del congreso federal, y no tienen una constitución local. La Carta Orgánica actual data de 1954, y la misma fue intentada modificar en el 2009, pero no se logró. Por lo tanto, tienen poderes similares en algunos asuntos y menores en otros, en relación y comparación a Puerto Rico.
Lo que en apariencia, por la población limitada de apenas 107 mil personas entre todas las islas que conforman el archipiélago, resulta ser es que se trata de un territorio isleño no aspirante a soberanía nacional, y con ningún sentido de nacionalismo básico. Por lo tanto, la ecuación de que son una colonia y que automáticamente reclamen su independencia, no es algo que se vislumbra en USVI. En realidad, y en apariencia, resultan ser un “peñón” en medio del mar Caribe/Océano Atlántico, donde vive gente.
En principio, por la extensión territorial de Puerto Rico, y poblacional, como bien nos recuerda el prócer José Luis González, nuestra isla había desarrollado un sentimiento nacionalista desde el Siglo 19. Ese nacionalismo es la base hoy, y su expresión cultural, de toda resistencia en contra a la anexión permanente y total de Puerto Rico a los EE.UU. Mientras en el caso de las USVI, se trató de islas/plantaciones, donde la esclavitud y servidumbre voluntariamente involuntaria, y el legado de pobreza, se mantuvieron de una forma u otra hasta la década de 1950.
Las Islas Vírgenes son un lugar dividido por el pasado esclavista, la raza y la pobreza. Hoy, con un 75 por ciento de su población afrodescendiente, y el resto divididos entre población caucásica (de los EE.UU. o Europea) o mulata (esencialmente de Puerto Rico), las Islas Vírgenes son un mal reflejo del Caribe, no obstante son el reflejo correcto. Esta región del planeta realmente hablando fue un enclave esclavista de producción de caña de azúcar. Es momento de liberarnos de ese pasado y su legado. Pensemos.