Cortijo, la novela [más allá de la bomba y la plena] sobre la identidad inconclusa

Cultura

Cortijo es el título de la nueva novela publicada por el laureado escritor Daniel Nina. Es una novela histórico-psicológica sobre el padre de la música popular, Rafael Cortijo Verdejo. Con esta obra, Nina concluye su proyecto para reescribir la historia nacional por vía de la música popular del género salsa. Las otras obras que integran la serie son Rompe Saragüey (2016) sobre el vocalista Héctor Lavoe; El nazareno (2017) que nos transporta en un viaje místico a través de la figura del inolvidable Ismael Rivera; Hojas blancas (2018) un acercamiento genial a la figura del sonero Andy Montañez y La calle linda (2019) que nos trae a la contemporaneidad a través del cantante Pirulo (Francisco Rosado Rosario).

Cortijo cuenta con ocho capítulos, un prólogo, un epílogo y una bibliografía en 203 páginas. Es una publicación de Pasillos del Sur Editores y fue impresa en Artes Gráficas, la imprenta de la Universidad de Puerto Rico en Humacao.

Nina, maestro del lenguaje, juega con el lector utilizando artilugios lingüísticos que capturan su atención y lo obligan a continuar compenetrándose con Cortijo y los múltiples personajes que el autor integra en la azarosa existencia del padre de la música popular.

El autor nos presenta un Cortijo humano. Retrata la conflictiva sociedad puertorriqueña de la década de 1950. Nos trae a colación la multiplicidad de conflictos humanos que enfrentaba un hombre negro en una sociedad que busca definirlo sin tomar en consideración su perspectiva personal. Expone los temas raciales, las relaciones entre las clases sociales, la convivencia entre parejas con diferencias en trasfondos étnico-sociales y la persecución política de los independentistas.

La libertad es una temática que encontramos a través de toda la obra. Cortijo, hombre negro que busca ser libre, sentirse libre, expandirse en la inmensidad de la libertad. Como bien dice Nina en la conclusión de la página 198, “Como hombre libre que había nacido, en la muerte también seguía siendo un hombre libre”.

Nina confronta también al negro con el negro que busca definirse como ser humano dentro de la sociedad puertorriqueña. Profundiza en los orígenes de un Cortijo orgulloso de su ancestro Pedro Cortijo, jefe de la guarnición que defendió a la isla de la invasión británica de 1797 (pág. 27). Reta al hombre complaciente y servil y lo motiva a rebelarse, empoderarse y aceptarse en una toda su grandiosidad humana.

La obra se inicia con un trance esotérico que nos plantea el concepto de la inmortalidad y la relación entre los muertos, los vivos y la divinidad. ¿Pueden los muertos recordar sus hechos pasados? ¿Pueden volver a revivir sus logros y fracasos? ¿Qué cree usted? Nina no se desliga de su profundidad religiosa, palpable en toda la serie sobre exponentes de la salsa. El espíritu y su continuidad en la eternidad es uno de los temas favoritos del autor, tal vez porque al igual que Cortijo y Rivera, busca perpetuarse a través de su genial creatividad.

El escritor nos confronta con la marginación de la pobreza. Expone la baja autoestima y pobre percepción de una sociedad que busca blanquearse y es capaz de abrazar a extranjeros antes de darle oportunidades a los locales. El autóctono debe encumbrarse en el extranjero para ser aclamado por los propios (págs. 62-65).   

La política, la lucha independentista y los conflictos que esta representaba en la sociedad colonizada de la década de 1950 son retratados en el primer apartado del capítulo 5. El sueño de ser libre, sin consecuencias, era un mito que presagiaba el final del grandioso músico y su amigo, hermano y vocalista, Ismael Rivera (págs. 155-157).

La obra capta la genialidad creativa del maestro como compositor, músico y estratega. Nos presenta un Cortijo con una gran habilidad para discernir los gustos de una sociedad dividida por clases logrando imponerse sobre los estereotipos y prejuicios (págs. 109-118).

La fama y sus conflictos permean a través de la obra. Cortijo y su Combo lograron elevar la música popular a los salones de baile de la alta sociedad colonial. Abrió caminos y labró oportunidades para una nueva generación de jóvenes formados en los sectores pobres de Santurce. Cortijo representa la transición de una sociedad clasista a una más integrada, pero no libre de prejuicios.

Existen interrogantes sobre los sucesos que potenciaron el derrumbe de su estrella en 1962. Un grupo de negros pobres rompieron con los estereotipos sociales de su tiempo y se atrevieron a soñar con una patria nueva. Nina cita los hechos, pone a Cortijo a reflexionar, pero deja a juicio del lector los eventos (págs. 199-203).

Cortijo marcó el inicio de una transición cultural que aún no ha concluido. Puerto Rico estaba y está redefiniendo su identidad como pueblo caribeño. Los ritmos criollos con matices afrocaribeños lograron imponerse a través de la grandiosidad musical de Cortijo, su Combo y de los músicos que han continuado con su legado. 

Cortijo debe leerse. Nina no solo ha revivido en ícono cultural sino los conflictos de su tiempo que aún no se han resuelto. Profundizar en la figura de Cortijo es adentrarse en el alma de la patria que busca definirse. ¿Te atreves? 

 

 

 

 

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