(San Juan, 12:00 p.m.) Se trata de una vieja película de Hollywood, Lorenzo’s oil (Dir. George Miller, EE.UU., 1992) en la cual los padres buscan un remedio para la enfermedad degenerativa de su hijo, Lorenzo. En esto la película se parece a la ocurrencia folclórica del secretario de salud, Lorenzo González, de indicar que la inauguración del nuevo gobernador, Pedro Pierluisi, en la cual hay 400 personas, no viola ninguna Orden Ejecutiva, pues la misma es necesaria por tratarse del gobernador.
Más aún, señala el secretario de salud, que los invitados son personas responsables y que por ser educadas se sabrán comportar. Más aún el gobernador electo, Pedro Pierluisi, argumentó ayer que se les habría de exigir una prueba a los invitados como requisito para poder asistir. Bien. El gobernador como Lorenzo González, han creado un “evento” el cual opera como la burbuja de la liga de Baloncesto Superior Nacional.
Dicho lo anterior, a todos los mortales que vivimos en el país sería más ocurrente decir que el gobernador electo Pedro Pierluisi, ha demostrado que es abogado litigante y a toda interpretación de ley le encuentra siempre una solución a su favor. Por lo tanto, hace un año se auto-juramentó como gobernador, pues interpretó como se establecía la sucesión del puesto vacante de gobernador. Hoy nos indica que él ni sus amigos y amigas, son sujetos de Covid-19, por lo tanto pueden organizar la mejor fiesta de principios de año sin infectarse ni violentar la ley.
Pues nada, es que Pierluisi es especial, y esto lo sabe el saliente secretario de salud, Lorenzo González. Todo sea por sus aceites. Lo que esperamos es que nadie se infecte el 2 de enero. De pasar, entonces podremos concluir que los aceites de Lorenzo no fueron efectivos. Ya veremos cómo será la gobernación de Pedro Pierluisi. Pensemos.