Benito [Bad Bunny] y su amor por la Patria

Justicia Social

(San Juan, 11:00 a.m.) Ayer (domingo) me enamoré de Bad Bunny. El enamoramiento surgió tras leer una grandiosa entrevista que le hiciera la periodista Amanda Mars a Benito Antonio Martínez Ocasio para el periódico El País. Mars logró captar la esencia de un artista joven, que vive acorde a los tiempos, pero que sobre todo se siente orgulloso de ser puertorriqueño.

No se confunda, mi enamoramiento con el artista no tiene que ver con su música, la que no me gusta. Me enamoré de su verbo, de su mensaje y de su afirmación identitaria.

Mi primer contacto con el trabajo artístico de Benito fue a través de mi hijo mayor que me hizo escuchar sus canciones luego del desastre gubernamental tras el paso del nefasto huracán María. Un cuarentón exitoso, que escucha a Benito, fue un mensaje claro de que el artista tiene algo especial que le ha permitido derrumbar barreras generacionales y económicas. 

La participación del reconocido trapero en las protestas nacionales que propiciaron la renuncia del aberrante Ricardo “el depuesto” Rosselló me convencieron de su compromiso con la Patria. Aprendí a admirar y respetar su apoyo a causas tan cruciales como lo es el feminicidio, la erradicación del machismo, los derechos de la comunidad LGBTTIQ+, el racismo y la xenofobia, entre otros. Empero, no fue hasta la lectura de la entrevista del domingo en que su esencia como boricua orgulloso de su identidad me sobrecogió el alma y me hizo fanático de sus planteamientos, no necesariamente de su música (que sigue no gustándome).

Resultó interesante descubrir a través de la entrevista a un joven de 26 años, exitoso, millonario, líder de su generación y estrella a nivel mundial que está comprometido con su gente, su patria y su identidad cultural. Más aún, no se esconde para gritarle al mundo que es BORICUA y habla español.

En la entrevista Bad Bunny plantea tres puntos que me hacen pensar que se está cuajando una revolución identitaria silente entre las nuevas generaciones. Nos dijo  Benito Antonio a través de la entrevista con Mars que:

“Hay que romper eso de que los gringos son dioses… No, papi”.

“Me enorgullece mucho llegar al nivel en el que estamos hablando en español, y no solo en español, sino en el español que hablamos en Puerto Rico. Sin cambiar el acento”.

 “Jamás querría ver a Puerto Rico como un Estado”.

En esas tres oraciones Benito le dijo al mundo que es PUERTORRIQUEÑO, orgulloso de una identidad que se expresa y siente en español y que no cuaja con la idea de dejar de ser boricua para convertirse en otra cosa. 

Las palabras del artista son un mensaje para los más de 30 millones de seguidores que tiene en las redes sociales y son una inspiración para los miles de boricuas que escuchan sus canciones. Benito no se esconde tras la fama para ocultar su puertorriqueñidad. Bad Bunny utiliza su éxito para afirmar que es y está orgulloso de ser puertorriqueño. La fama también es un medio para vocear su compromiso con los problemas sociopolíticos y económicos que enfrenta su nación. 

Benito Antonio representa el presente de una sociedad en combustión para formar un mañana aún por definirse. El Conejo Malo es un joven formado en una sociedad decadente, hedonista y consumista por padres comprometidos, con profundos valores ético-morales y orgullosos de ser puertorriqueños. La familia Martínez Ocasio no es diferente de otras, los tres hijos (Benito, Bernie y Bysael) son el producto de una madre profesora de inglés en una escuela pública, Lysaurie Ocasio y de un padre camionero, Benito Martínez.

El artista se afirma en su identidad. La entrevista destaca su compromiso con la gente de a pie, con la calle, con la barriada. Bad Bunny se confunde en un abrazo solidario con la gente de pueblo.  En esencia el Conejo Malo no ha dejado de ser el chico de Vega Baja que trabajaba en un supermercado, es más, en la entrevista el artista indica que muchas veces se ha levantado pensando en que debe ir a trabajar al súper.

La entrevista fue publicada a un día de la toma de posesión de un gobernador anexionista. Pedro Pierluisi Urrutia es un hombre maduro que se avergüenza de sus raíces y busca en su discurso de igualdad erradicar de la faz de la Tierra la puertorriqueñidad.  El nuevo gobernante desea acallar para siempre los acordes de La Borinqueña en las Olimpiadas y otros eventos internacionales y busca convertir la Monoestrellada en un pendón decorativo.

¿Sería casualidad que El País publicara una entrevista de afirmación identitaria puertorriqueña a través de Benito? No lo creo. La entrevista oculta un mensaje claro, como bien dice la historiadora cayeyana Dra. Aida Mendoza Rivera.

“No le perdamos la vista a Benito, nuestro líder de la identidad puertorriqueña”, expresa la historiadora. “Se forma un nuevo país en las calles y debemos mantenernos atentos a los eventos que marcarán el rumbo de Puerto Rico y su gente en lo que resta del siglo XXI. Habrá sorpresas”.

Estamos viviendo una revolución que canta a ritmo de trap y baila a son de bomba. Benito Antonio es la respuesta de un pueblo que se niega a sucumbir ante el aplastante empuje cultural y político de una metrópoli ajena a la realidad identitaria de una nación espiritual formada por tres grandes acervos, amerindios, africanos y europeos.

La cultura puertorriqueña se afianza en Benito Antonio y la patria se enaltece en su afirmación identitaria.