Tres policías asesinados, un hombre asesinado [invoquemos el derecho a la vida]

Justicia Social

(San Juan, 1:00 p.m.) Ayer un hombre llamado Carlos M. Cotto Cruz, inicio la masacre mas grande contra agentes de seguridad puertorriqueños, en nuestra historia moderna.  Desde la década de 1950, no había pasado un acto en el cual, tres o mas policías fueran asesinados en un solo momento, por un sicario (hay una excepción de un policía asesinando a varios miembros de su cuartel, pero la aclaración es realizada por una persona que se dedicaba a la delincuencia).  Ayer fue un día horrible para los policías abatidos (por balas o atropellados) así como a sus familiares.

Los policías asesinados son Luis Marrero (estatal) y los policías municipales de Carolina (cuyos nombres no han sido ofrecidos) fueron asesinados dos por balas, y uno por impacto vehicular.  El sicario Cotto Cruz, es el responsable de las tres muertes.

Ahora bien, Cotto Cruz dejó herido a otro policía estatal, a quien también atropelló.  Dicho esto, Cruz Cotto se internó en el residencial Llorens Torres, y supuestamente fue asesinado durante la noche.  Con esto se marca que el evento de ayer,  constituye un acto sin precedentes en nuestra historia moderna, donde un delincuente, provoca la muerte de varios policías, mientras otros también garantizan su muerte.

Hay varias cosas lamentables, Por un lado, que la noticia de ayer fue global. En toda la prensa internacional recogida, desde Cuba hasta Europa, los asesinatos de los policías fueron informados. Por otro lado, el asesinato del sicario, no debe de ser “encubierto” toda vez que el mismo puede informar si fue asesinado por otros delincuentes o por miembros de la policía, en castigo a la muerte de sus compañeros.

Lo cierto es que inicia el nuevo año con un acto muy trágico y lamentable.  La vida de todas y todos cuentas.  Hay que romper con la cultura e ideología machista, que piensa que ante la diferencia, la forma de proceder es la muerte.  No es posible. Hay que repudiar el uso de la muerte/asesinato, como forma de sanjar diferencias personales.  Es un absurdo.  Pensemos.