A Elizam Escobar

Cultura

Recuerdo siempre el día en que bajaste las escaleras internas de la Casa Aboy poco después de tu regreso, aunque nunca te habías ido así estuvieras en Estados Unidos. Igual que don Pedro Albizu Campos nunca estuviste ausente. Tu cara de dolor contrastaba con la alegría del día que llegaste al aeropuerto y te recibimos gozosos. Querías mostrarnos el sufrimiento de haber estado encarcelado y denigrado. No olvido tu rostro ni tu posterior contentura cotidiana por la admiración de los puertorriqueños de diversa ideología que valoraban tu valentía y tu compromiso con Puerto Rico. Tu arte, creado en gran parte tras las rejas en las que las que nunca dejaste de ser libre, fue reconocido internacionalmente. También fuiste poeta y teórico.

Siempre vi tu sonrisa llena de luz y picardía que comprendía la lucha contra el colonialismo en el Caribe. Así escribiste “Como un albatros sobre mi buzón/estoy/con Eros/ y/Tanatos/ corriendo/y/ pensando/ nadando por las calles/de mi patria/ subtropical/sumergida/ en mi corazón/errante/entre Eros y Tanatos/esperando siempre/cruzando el tiempo/de la libertad.” ¡Que haya escuelas y calles que lleven tu nombre!