(San Juan, 12:00 p.m.) Un país que se respete a sí mismo tiene que empezar por respetar su lengua. El Puerto Rico del siglo XXI necesita reforzar la enseñanza de su lengua materna y del inglés como segundo idioma. Rechazamos el intento disfrazado del programa bilingüe, que no consiste en aprender la lengua inglesa, a lo que nadie se opone, sino suplantar una lengua por otra a todo un pueblo y a esa subalternidad insufrible lo llaman igualdad. Hay igualdades que nos desigualan con nosotros mismos. Nos sacan la lengua una vez más cuando la secretaria de educación, desde su lucrativo part-time vuelve a anunciar el empobrecedor proyecto del Ciudadano Bilingüe que Víctor Fajardo promovió durante otro de los procesos plebiscitarios con fines políticos no educativos..
Sabemos del funesto fracaso en español de los estudiantes en las pruebas del College Board . A esto sumamos que la historia de Puerto Rico que se enseña en la escuela cabe en un dedal y en los salones de clase no se les habla de sus héroes y heroínas que tanto lucharon por hacer un mejor país. Y si no se les inspira, se les traiciona.
El Departamento de Educación se niega a educar a nuestros jóvenes para ser puertorriqueños. La enseñanza del español se ningunea en las escuelas y los resultados son alarmantes. Sin esas destrezas básicas no pueden entender lo que leen. Les afecta el desarrollo de la inteligencia y se encuentran sin el vocabulario suficiente para expresar ideas y sentimientos. Esos son los candidatos a desertores escolares. Otro saqueo al oro de nuestra cultura.
Si la lengua es el alma de los pueblos, sería desalmado un proyecto que nos robaría el oro de nuestra cultura que es nuestra lengua. Lengua que nos une a más de 500 millones de hispanohablantes en 4 continentes. El español es nuestro mayor activo, además de ser un gran empleador. Cada semana viajan fracatán de nuestros artistas por toda Latinoamérica y E.E.U.U. y Europa para ofrecer conciertos. Nada más tiene que oír el video de Luis Fonsi con Daddy Yanqui, cantando la canción titulada “Despacito” que ya es un hit mundial con más de un billón de búsquedas en You Tube. Y ahora hasta Justin Biber la canta en español con Fonsi. Solo el colonialismo espiritual tiene como proyecto disminuir y empobrecer nuestra lengua.
A los que desprecian el español por razones económicas, obvian el éxito económico que en español han logrado Ricky Martin, Chayanne, Calle 13, Tego Calderón, Don Omar, Danny Rivera, Andy Montañez , Residente y tantos otros. A lo que sumamos el aprecio, respeto y prestigio que nuestro país se ha ganado en varios continentes.
Atrofiar la lengua solo traerá más pobreza a la isla . No les basta con la quiebra económica, ahora quieren la espiritual.
Recuerdo que hace varios años unas compañías americanas contrataron en Miami personas bilingües para trabajar en sus sucursales en Latinoamérica. Al poco tiempo los sustituyeron porque no podían redactar una carta ni hablar con fluidez el español. Tuvieron que venir a buscarlos a Puerto Rico porque aquí hablaban buen español e inglés como segundo idioma. Sería irresponsable dañar y desfigurar nuestra lengua para quedar inservibles en los dos mundos.
La lengua es lo que más se parece a la libertad No dominarla es una forma de esclavizar a una juventud al despojarlos de esa gran riqueza expresiva. Sin ella el cerebro se convierte en una prisión, de nada sirve tener libertad de expresión si careces de lenguaje suficiente para expresarte. Amamos la lengua porque tiene la capacidad de transformarnos. ¿Qué nos haríamos sin ella? En ella se fragua nuestra unidad nacional y cultural. Como decía esa gran poeta chilena Gabriela Mistral: “fuera de su cultura el hombre estalla en el vacío.
Un país sin orgullo de su cultura y su lengua se corrompe, no progresa, pierde la luz en su frente, la justicia en su corazón y la fe en un futuro mejor.