Ha muerto el águila: Adiós a Neil. A. Armstrong

Cultura

Se trata de un episodio de mi niñez. Fue el año de 1969. A penas unos siete años. Lo cierto es que en un televisor blanco y negro, en una rudimentaria escuela de la comunidad, vi, junto a unos compañeritos a un hombre descender, brincando, de un cohetito que habia aterrizado en la luna. No me acuerdo más. Aunque la frase será memorable: “Houdston, tranquility base. The eagle has landed" (Houston la base de la tranquilidad. El Aguila ha aterrizado). El hombre que pronunció dichas palabras memorables de mi infancia, Neil A. Armstrong, falleció el pasado sábado.

Hoy recuerdo a mi niñez y a ese personaje del módulo de comando Águila, que se desprendió del cohete propulsor, Columbia, y que llevo al primer ser humano al territorio lunar, junto a Michael Collin (piloto del Columbia) y Edwin Aldrin (segundo astronauta en pisar la luna). En la lógica del creador y la frontera espacial, se trata de un gran evento, que el propio Armstrong en su humildad grande, siempre supo minimizar: no es la gloria de un hombre, sino la gloria de la humanidad.

A partir de mi infancia, y ese momento importante, nunca he perdido un momento de ver la luna. A Armstrong, lo recordare por los brinquitos que daba al caminar. Que descanse en paz. ¡Buen viaje!