Se trata de un episodio de mi niñez. Fue el año de 1969. A penas unos siete años. Lo cierto es que en un televisor blanco y negro, en una rudimentaria escuela de la comunidad, vi, junto a unos compañeritos a un hombre descender, brincando, de un cohetito que habia aterrizado en la luna. No me acuerdo más. Aunque la frase será memorable: “Houdston, tranquility base. The eagle has landed" (Houston la base de la tranquilidad. El Aguila ha aterrizado). El hombre que pronunció dichas palabras memorables de mi infancia, Neil A. Armstrong, falleció el pasado sábado.
A partir de mi infancia, y ese momento importante, nunca he perdido un momento de ver la luna. A Armstrong, lo recordare por los brinquitos que daba al caminar. Que descanse en paz. ¡Buen viaje!