Las intrigas de poder en los EE.UU. [no son mi problema en Puerto Rico]

Política

(San Juan, 9:00 a.m.)  Lo que pasa en los EE.UU., en los EE.UU. se debe de quedar.  Ahora bien, la derecha y los sectores afines de los sistemas mediáticos en Puerto Rico han creado la falsa  narrativa que lo que sucede en dicho país es de esencial importancia para la isla.  Nada que ver.  Ese es un país y nosotros somos un país. Así lo piensa la narrativa dominante del pueblo, que incluye a los partidos políticos.

Hablar de la política interna en los EE.UU. es realmente hablando un asunto foráneo.  De eso nadie habla normalmente en la isla, salvo que implique fondos federales, y surge la alegría mayor [sobre todo en la lógica de la dependencia económica].  Pero como piensan los blancos demócratas, o los blancos republicanos, o el movimiento Black Lives Matter, realmente hablando nadie se siente a pensar y a reflexionar.  Lo que hay es conversaciones absurdas y trilladas, pero sin profundidad histórica.

Por lo tanto, lejos de continuar creando una cercanía cultural que nos incorpora e invisibiliza en la gran historia de los EE.UU., sería momento de continuar apropiando los ejes culturales del país, y afirmarlos como un proyecto soberano y autónomo de la metrópoli. Esto solo se puede hacer a partir de la independencia nacional, no desde la relación colonial actual, la cual todo indica el Partido Demócrata desea reorganizar, o dentro de la estadidad. 

Plantearnos un proyecto de país requiere concertar las fuerzas en contra del proyecto estadista y de la transformación cultural del capital.  Nosotros, como negros, mulatos y blancos caribeños, pensamos distinto al pueblo americano. Vívetela.  Es momento de asumir la diferencia. Pensemos.