(San Juan, 12:00 p.m.) Lo escribí hace unos años y está vigente y el bullying educativo sigue , y la burla y la corrupción también de una Secretaria que lo que anuncia con bombos y platillos es que tienen millones de dólares no para comprar libros, sino para comprar materiales de limpieza, y pueblo por ahí va el tumbe, invito a la asamblea legislativa que busque esas órdenes de compra, y sobre eso puedo ampliar luego. Aquí el bullying educativo.
Nos sacan la lengua una vez más. Mucho cierre de escuelas, y poco expresan sobre la visión educativa de este gobierno, pero nada se dice de como fortalecer la enseñanza del español, ni del inglés como segundo idioma. Ni de los contenidos del proyecto educativo.
Les recuerdo que nuestros estudiantes se cuelgan en las pruebas de español del College Board. Se gradúan incapaces de redactar un párrafo en español , ni explicar lo que leen, porque no lo entienden. La falta de énfasis en la enseñanza del español, equivale a un maltrato contra nuestra juventud, es otra forma de bullying educativo .
Acaso no es un maltrato contra la juventud graduarlos con una lengua empobrecida, que acaba apresándolos, en una ambivalencia lingüística que entorpece el aprendizaje y por tanto afecta el desarrollo de la inteligencia, de su desempeño en futuras profesiones, al no poder expresar con fluidez ideas, ni emociones. Lo dice la conocida frase: “lenguaje defectuoso, pensamiento defectuoso”.
Se niegan a enseñar bien la lengua propia, y tampoco hay tiempo para enseñar nuestra historia, ni ciencia, ni matemática. ni el inglés como segundo idioma. La educación fuera de su cultura es un cascarón vacío .
Otro cuento chino es el programa bilingüe, ese es otro engaño, cuando no consiste en aprender la lengua inglesa, a lo que nadie se opone, sino suplantar una lengua por otra a todo un pueblo por razones políticas.
Un sistema educativo que imponga estudiar en inglés las materias de por sí difíciles, de matemáticas y ciencias, lo que logrará es confundir, a la vez que agrava el problema de la deserción escolar. Si el joven no se siente a gusto aprendiendo, y apenas entiende las materias, lo estamos empujando a la deserción y a la delincuencia.
La degradación de nuestra lengua, de lo puertorriqueño y de nuestra historia acarrea el deterioro de los valores porque una lengua es también el amor que uno siente por una patria, en ella están los afectos y la forma de ser y de pensar de un pueblo.
Despreciarla es negarnos a nosotros mismos, es empujarnos a un vacío espiritual, y ese vacío es fácil para una juventud llenarlo con la droga embrutecedora. Y esto se agrava por la falta de una filosofía educativa que reafirme el ser puertorriqueño.
Los peores libros de todo el sistema educativo son los de español y la compras millonarias dependen de favoritismos y o a lo
que salga , se eliminó la estructura especializada especialista en currículos que tenía unos
conceptos y parámetros de lo que debe ser la enseñanza en español, (donde se integre la gramática y la literatura de forma amena, y útil.)
Obvian lo básico el niño lo que necesita es aprender a escribir, leer y hablar bien su lengua, de ahí parte el aprendizaje de otras lenguas y otras materias.
La importancia de la lengua en la preservación del espíritu de los pueblos no puede ignorarse.
Y a los que desprecian el oro de nuestra cultura, que es la lengua, sepan que la miseria que Puerto Rico sufrió en las primeras décadas del siglo XX fue cuando se impuso el inglés en todo el sistema público. Sin embargo cuando en la década del 40 se proclamó el español como el lenguaje de enseñanza, y el inglés como segunda lengua, coincidió con el auge y el desarrollo económico en el país.
Puede y debe el hombre aprender una segunda lengua, y muchas otras, pero todas sirven solamente como medio de comunicación, o a lo sumo para facilitarle sus quehaceres financieros, a para abrir la puerta al pensamiento de otras culturas. Pero no a costa de la propia, ni de un programa educativo que educa poco, y gasta mucho .