(San Juan, 1:00 p.m.) Mientras sigan llegando los fondos federales, en apariencia, todo el mundo esta contento. Es curioso, pero nadie tiene otra mirada, que no sea asegurar la entrada de dichos fondos. En este contexto, el trabajo en la legislatura local, todos los partidos se concentran en mejorar la calidad del servicio gubernamental en Puerto Rico. Es decir, administrar bien los fondos federales que le llegan a la isla.
¿Pero modifica esto nuestra relación con los EE.UU.?Realmente hablando, la dependencia hacia Washington se construye diariamente cuando se promueve la transferencia continua e inmediata de fondos federales. No sólo nos convierte en recipientes vulnerables, si no que nos lleva a pensar que nada pasa, si no se logra a través de dichos fondos.
Es curioso, pero nadie se atreve a decirle “no” a los fondos federales. Al punto, que varis políticos del Partido Popular Democrático (PPD) esta semana argumentaron que dichos fondos son muestra que “el Estado Libre Asociado (ELA)” funciona. ¿En serio? Es patético, pero luego de Pueblo v. Sánchez Valle (2016) y Aurelius v. Commonwealth (2020), alguien todavía se atreva implorar la existencia del ELA.
Ahora bien, lo que urge es crear una contra campaña que desmonte continuamente la relación entre los fondos federales y nuestro bienestar. Este argumento hoy poca gente lo invoca, y se cae de la mata que el Partido Independentista Puertorriqueño debería ser el principal exponente de esta tesis. Dicho esto, es necesario romper con la dependencia que hoy tenemos. Los fondos federales se han convertido en un estímulo permanente a nuestra economía, los cuales no crean ningún modelo de desarrollo sustentable. Pensemos.