Johnny Pacheco ha muerto [y no inventó la palabra salsa]

Cultura

(San Juan, 11:00 a.m.) Juan Azarías Pacheco Kiniping, mejor conocido como Johnny Pacheco murió en el día de ayer.  Es una muerte complicada pues las emociones se dividen.  Nació en Santiago de los Caballeros el 25 de marzo de 1935, y murió el 15 de febrero de 2021 en la ciudad de Nueva York.  Su vida es más que leyenda, es de una visión para desarrollar, junto al fenecido Jerry Masucci, la salsa como un género musical abiertamente comercial.

La virtud de Pacheco, egresado de Julliard Academy, donde se concentró en el clarinete, fue combinar la guaracha y la charanga cubana, con la segunda transformación cultural de los EE.UU. en el Siglo XX. La primera transformación cultural, reflejada en la década de 1930 y 1940, en la explosión de la música afroamericana, por vía de los blues, el jazz y luego el Soul.  Ahora bien, Pacheco y Masucci hicieron lo propio con el ritmo latino neoyorquino el cual eventualmente se llamó Salsa.

En este medida, de forma contradictoria celebró la figura de Pacheco, pues fue un virtuoso de desarrollar e impulsar un concepto musical.  Habiendo fundado junto a Masucci el sello musical de Fania Records en 1963, y luego en el 1969, la Fania All Stars, su legado fue la del empresario cultural, que supo hacerse de dinero a partir del desarrollo de un nicho, la salsa. 

No obstante, sus diferencias con Masucci, o el interés de éste último de capitalizar todo a su favor, crearon la primera ruptura entre ambos en el 1978, por la cual dejó de ser socio y se quedó solo como el líder de la Fania All Stars.  Esto no es bueno ni malo, lo que pasa, y lo que se dice poco, es que la Fania fue exitosa porque como patrono estuvo muy orientada al lucro de sus propietarios, y no necesariamente al trato justo de sus empleados.

Es aquí que para mi yace el problema y la mirada crítica sobre Johnny Pacheco.  Sobre todas las cosas fue un empresario.  Y como tal, usó y dispuso del talento en aras de hacer dinero. Esta versión es un tanto más complicada pero figuras como Héctor Lavoe o Rubén Blades fueron explotados en contratos autoritarios y abusivos, mientras hicieron dinero.  Figuras como Ismael Rivera o Rafael Cortijo, fueron abiertamente discriminados o mal utilizados, y tal vez racialmente marginados.

Pero si algo no olvido de la Fania, de Masucci y de Pacheco, fue que en aras de hacer dinero, promovieron una limpieza étnico-religiosa, al grado que prohibieron que los músicos imploraran a sus deidades bajo la Regla de Osha y la creencia santera.  La historia sobre este asunto es larga y compleja y lo mismo se ha documentado por distintos autores, incluyendo el que aquí suscribe.

Pero, reconocido lo anterior, y el valor de internacionalizar el ritmo popular de tantos países del Caribe y América latina, nos lleva a despedirnos de Johnny Pacheco, como lo que realmente fue: un adelantado de su época. Por lo tanto, lo hemos de extrañar.  Pero guardando una mirada crítica de que en el curso de su grandeza también hubo problemas y limitaciones que hay que reconocer.

Ahora bien, y que quede claro, Pacheco no inventó el término salsa. Por el contrario él, como tanto otros se apropió de un concepto elaborado en América Latina y del Caribe, de donde realmente surgió el ritmo popular que luego se internacionalizó en Nueva York.

Salsa, como mezcla de ritmos populares se acuña en América Latina al venezolano Phidias Danilo Escalera, quien murió el 5 de octubre. Sí, el mismo día que nació el Sonero Mayor, Ismael Rivera.  Razón por la cual el Día Nacional de la Salsa, se celebra en Venezuela, como día festivo y feriado, en honor a ambos grandes.  Momento de no permitir que las grandes corporaciones como la Fania, y los comerciantes y mercaderes de la cultura popular, se vuelvan a apropiar de nuestra historia.  Pensemos.