La economía colonial [¡todos se quieren ir, hasta la Juez Presidente!]

Economia Solidaria

(San Juan, 1:00 p.m.)  Hay algo interesante en la cultura colonial que Puerto Rico vive hoy. Todas y todos, aspiran a migrar a los EE.UU. como sinónimo de bienestar, de adelantar su vida, y “mejorar la raza boricua”.  Sí, el famoso comentario de los padres y madres boricuas, que casarse con una persona negra no es adelantar el mejoramiento de la familia y la raza, se utiliza también para justificar la migración unidireccional a los EE.UU. De esta forma, la prensa comercial, así como los comentaristas radiales, van introduciendo la narrativa que irse, es siempre lo correcto.

Ayer, la prensa comercial celebraba que un inversionista americano, Logan Paul, venía a la isla a explotarnos y tomar ventaja de nosotros, porque el ordenamiento legal le permite vivir aquí sin pagar contribuciones.  Tal situación ha provocado un proceso degenerativo en la fiscalía y tributos en los EE.UU., que hoy la colonia boricua es un paraíso fiscal, donde los millonarios y mil millonarios, evaden el pago de contribuciones (100 por ciento) a cambio de hacer nada.

Luego que Luis Fortuño, pasado gobernador del Partido Nuevo Progresista, inventó la Ley 22-2012, el efecto ha sido que hoy los boricuas viven peor, sin pensiones aseguradas, sin universidad ni escuelas públicas de calidad, sin carreteras pavimentadas, mientras los que han tomado ventaja de dicha ley, son más ricos. Desde el pasado presidente de los EE.UU., Donald Trump, hasta el presidente del senado federal hoy, Chuck Schumer, en Washington todos han cuestionado el por qué Puerto Rico es un paraíso fiscal.  Lo interesante es que la banca local, así como los sistemas mediáticos celebran que gente como Logan Paul, vengan a la isla a explotarnos, mientras los pensionados no tienen su futuro asegurado.  

Finalmente, la condición de colonialismo cultural que permite que el hombre (blanco, adinerado y de distintas edades) se aproveche de nosotros, provoca una narrativa que lo bueno está en los EE.UU., y lo malo y subdesarrollado está en Puerto Rico.  Esto lleva a que la juez presidente del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Maite Oronoz, vea como normal que esté siendo considerada para una plaza en el Circuito de Apelaciones del Primer Circuito de Boston, y deje su plaza de juez presidente. Uno se pregunta con candidez, ¿con quién es su compromiso, con servir a Puerto Rico o con su expediente de trabajo profesional?  Realmente hablando, la juez presidente entra en la narrativa que en Puerto Rico nada sirve, y hay que irse del país.

Finalmente, un proyecto de país sería pensar que Logan Paul viene a invertir en producción en Puerto Rico para desarrollar una economía sostenible y proclamar la independencia de Puerto Rico. Mientras, que la Juez Oronoz se va a la Corte de Apelaciones del Primer Circuito de Boston, para impedir abiertamente allí cualquier movimiento hacia la estadidad.  Pero no es cierto ni lo uno ni lo otro. Eso sería tener un proyecto estratégico de país. Pensemos.