No hay una sola mujer dirigiendo el destino de un país en el continente Americano

Política

(Montevideo, 9:00 a.m.) Cada vez que llega marzo, recordamos muchas de las problemáticas que día a día y en forma ininterrumpida, padecen las mujeres. Lo denunciamos y como sociedad aparentamos concientizarnos, pero cuando llega el marzo siguiente notamos que los avances, en el caso que hayan existido, fueron magros. Eso también atañe a la participación política en los cargos ejecutivos más altos en América Latina.

Actualmente en la región no hay ninguna jefa de Estado dirigiendo los destinos de una nación y si visualizamos un escenario prospectivo de las elecciones presidenciales que restan para este 2021, las posibilidades existen, pero son minoritarias.

El balotaje presidencial ecuatoriano será entre dos hombres (Andrés Arauz y Guillermo Lasso); para los comicios peruanos hay casi una veintena de candidatos de los cuales solo dos son mujeres: la izquierdista Verónika Mendoza y la derechista Keiko Fujimori, que si bien tienen chances, no lideran las encuestas.

En el segundo semestre del año habrá elecciones en Chile y en Nicaragua, países en los que de momento los precandidatos con posibilidades son hombres; también Honduras irá a las urnas, allí la precandidata de Libre, Xiomara Castro de Zelaya, tiene chances claras de alcanzar la Presidencia.

Más allá de las jefaturas de Estado, en los gobiernos locales latinoamericanos, en el segundo nivel, la participación y elección de las mujeres también es deficitaria, apenas supera el 10% en la mayoría de los países del continente.

Paraguay tiene 17 departamentos y un distrito capital (Asunción), mientras que Perú cuenta con 26 circunscripciones de nivel regional. No hay ninguna gobernadora en estos 43 territorios, son todos varones.

En este nivel de gobierno también es sorprendente la situación de Brasil, el gigante latinoamericano tiene 27 unidades federativas y una sola gobernadora, Fátima Bezerra, del PT, en Río Grande del Norte.

No muy diferente es la situación en el Río de la Plata. En Argentina hay 24 distritos electorales y solo dos gobernadoras: Arabela Carreras (Juntos Somos Río Negro) en Río Negro y Alicia Kirchner (Frente de Todos) en Santa Cruz. Mientras que de los 19 departamentos uruguayos también son dos las intendentas, la frenteamplista Carolina Cosse en Montevideo y la nacionalista Ana María Bentaberri en San José.

México, otro de los gigantes latinoamericanos, también posee una participación femenina exigua en este nivel de gobierno. De 32 entidades, solo en Ciudad de México y Sonora hay gobernadoras, Claudia Scheinbaum (Morena) y Claudia Pavlovich (PRI) respectivamente.

La situación no difiere mucho en el resto de América Latina y el Caribe. En Colombia hay tres jefas locales para 33 circunscripciones, menos de un 10%; en Costa Rica ocho para 82 municipalidades; en Honduras hay 298 alcaldías y solo el 7,4% son gobernadas por mujeres; mientras que en El Salvador hay un 11,1% de alcaldesas en las 262 municipalidades, según datos de Cepal.

En el Caribe, en República Dominicana solo 19 alcaldesas gobiernan en un total de 158 circunscripciones; en Puerto Rico fueron electas nueve gobernadoras en un total de 78 alcaldías, lo que significa un 11,5% de los cargos; mientras que en Cuba los delegados de las Asambleas Municipales del Poder Popular, que son los encargados de elegir los gobernadores provinciales, a propuesta del presidente de la República, designaron a cuatro gobernadoras de un total de 16.

Solo tres países en América del Sur superan el 20% de mujeres ocupando el máximo cargo en el segundo nivel de gobierno siendo electas por voto popular: Ecuador, Bolivia y Venezuela. Mientras que la mejor participación femenina en este nivel de gobierno en la región, se encuentra en Nicaragua. De las 153 alcaldías el 42,5% está gobernado por mujeres.

Ecuador se subdivide en 24 provincias que son comandadas por igual número de prefectos, seis de los cuales son mujeres; en Bolivia, de un total de nueve departamentos, dos son comandados por mujeres; y en Venezuela, que está dividido en 23 estados y un distrito capital, hay cuatro gobernadoras y una jefa de gobierno del Distrito Federal, Jacqueline Faría, cuyo cargo es designado por el presidente de la República.

Existen países en los que los gobernantes locales son elegidos por los presidentes de la República, tales son los casos de Chile, Panamá y Guatemala. En estas naciones la voluntad política tampoco favorece a las mujeres.

En Chile, de los 16 intendentes regionales, Sebastián Piñera designó a tres mujeres; en Guatemala, Alejandro Giammattei, nombró solo a una, de un total de 22 gobernadores; mientras en Panamá, Laurentino Cortizo, eligió a cuatro de un total de diez, constituyéndose este país en el segundo país del continente con mayor porcentaje de mujeres en este nivel de gobierno. Panamá tiene además seis comarcas indígenas, en una de las cuales, Ngäbe-Buglé, la cacique Silvia Carrera fue electa –por voto popular– para ejercer el gobierno.

Es evidente que el acceso a las jefaturas de Estado para las mujeres resulta casi hazañoso en América Latina y el Caribe, mientras que alcanzar los gobiernos de un segundo nivel también es sumamente difícil. Quizás sea hora de buscar herramientas que permitan el acceso femenino a los cargos ejecutivos, tal como se hace en algunos países con las candidaturas al legislativo.